Crímenes

El mensaje de Alex Galo en el barro

El artista enfrenta al hondureño con su realidad desde la instalación Yellow Submarine, una propuesta frontal y dura que hace una crítica a la indiferencia y un llamado a la sensibilidad

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10.12.2016

Tegucigalpa, Honduras
Yellow Submarine
es una obra que confronta. En ella, Alex Galo deja ver la realidad más cruel de una sociedad, la condición del hombre, la inseguridad de la vida, el negocio de los medios de comunicación... muchas lecturas puede generar esta instalación de cuatro perros muertos -de barro- que yacen sobre una superficie amarilla, donde además conviven decenas de esferas, de esas que en la televisión indican si alguien ganó en la lotería.

Con esta obra el artista ganó el premio único de instalación en la IV Bienal de Artes Visuales Pablo Zelaya Sierra, de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), y sobre ella hablamos con el artista en el Centro de Arte y Cultura (CAC), donde, desde la semana pasada, está la pieza luego de haber sido expuesta en ciudad universitaria.

La creación de la obra fue in situ, Galo llevó su materia prima para trabajarla exactamente en el lugar donde sería instalada, ante la mirada curiosa y escéptica de los alumnos que transitaban por el espacio. El barro no fue pasado por fuego, por eso está fragmentado, y al escultor le toca armar a los perros como si de un rompecabezas se tratara. No es un error de la técnica, el artista lo hace adrede, porque igual de fragmentada está Honduras.

Desde hace varios años Alex Galo ha utilizado el barro y la figura del perro como una metáfora del hombre, y aunque estos elementos son recurrentes en su obra, su discurso se renueva.

“Encasillarse en las líneas de producción es contraproducente porque tiende a llevarlo a uno por una sola ruta, y usualmente esas rutas son cómodas, por ello moverse de la zona de confort es complicado y temerario, pero siempre es necesario buscar nuevas maneras de decir las cosas, hay que enunciarlas con otras miradas y términos, aunque sea volviendo sobre los mismos pasos”, expresó el escultor.

Para Galo los perros son un recurso para hablar de lo “otro”, “de eso que nos acontece cada día”.

Quizá su obra sea acusada de ser demasiado frontal y oscura, quizá los perros no se van por las orillas y sacan esa doble moral de la gente que los ve con repugnancia cuando en la televisión y en los diarios lo que más busca es la nota roja.

Y es que Yellow Submarine discursa sobre el amarillismo de los medios de comunicación, sobre el hecho de que en Honduras hoy podemos estar vivos, mañana no; sobre esa insensibilidad de los humanos que bien pueden ver muerto a un perro o a una persona, y dedicarle a ambos la misma indiferencia.

“El arte tiene esa cualidad de que no tiene que mostrarse en su totalidad”, señaló, por lo tanto la obra al no plantear todo el mensaje digerido da la posibilidad de tener multiplicidad de interpretaciones.

El artista lo deja a la libertad de cada quien, sin negarse la posibilidad de ser coherente en su mensaje.

Galo es un ciudadano de Honduras que enfrenta la misma realidad que el resto de los más de ocho millones de habitantes de este país, pero su realidad la confronta y representa desde su condición de artista dando el salto de la inmediatez a la totalidad, “a la búsqueda de ese valor universal en la creación estética, de cómo vamos a extasiarnos con un arte complaciente o aceptable, o en qué medida vamos a ser rechazados si la propuesta es demasiado aventurada. Yo creo que los ensayos siempre son necesarios, y en la medida en que se produce se va madurando”.

En cuanto a la materia prima de su obra, que desde hace varios años es el barro, Galo señaló que cada material tiene su propio lenguaje.

El perro no sería igual si fuera de mármol o de metal, por ejemplo. “La elección de los materiales viene de la visión que tenga el artista de sí mismo, con qué se identifica más, con qué se siente más cómodo o qué le sirve para decir bien las cosas”.

A Galo no le interesa una obra aséptica que represente esa “limpieza” en la ejecución del material, para Galo el barro representa lo que tiene que representar, al hombre frágil, a la sociedad con relieves, con grietas, con fragmentos. El barro ya tiene su propio mensaje.