Honduras

Jornada extendida obliga a niños a recibir clases fuera de aulas

Unos 120 alumnos del Centro de Educación Básica Visitación Lara de Zelaya carecen de un cubículo.

19.03.2014

La pertinaz lluvia que caía sobre el Centro de Educación Básica Visitación Lara de Zelaya obligó a los docentes a suspender las clases por momentos.

Y es que unos 120 alumnos del centro educativo, luego de implementarse la jornada extendida, se quedaron sin un cubículo para recibir las enseñanzas. La nueva modalidad educativa aplicada por las autoridades de Educación comenzó a ser efectiva en el centro escolar a partir de esta semana, luego que las autoridades regionales notificaran, mediante oficio número 004-DDD-2014, que el centro estudiantil debía sumarse con la doble jornada escolar.

La institución educativa ha funcionado en dos jornadas, con 15 grupos de alumnos, de primero a noveno grado.

El centro de enseñanza alcanzó este año una matrícula de 400 alumnos. El espacio donde se atiende a los alumnos es de ocho aulas más el salón donde se imparten las clases del taller de hogar.

A causa de la falta de espacio que surge con la implementación de las clases mañana y tarde, unos seis grados son los que requieren un aula, por lo que los maestros se han visto en la necesidad de impartir las clases en pasillos, cancha de baloncesto y áreas verdes.

De acuerdo con las autoridades de la Secretaría de Educación, 909 centros del departamento funcionan con la jornada extendida. Se estima que al menos 65,570 menores que fueron matriculados en centros escolares con doble jornada.

Riesgo

Unos 30 alumnos del cuarto grado sección B han sido ubicados en un cubículo cercano a los sanitarios, situación que les ha comenzado a afectar ante los malos olores que emanan de los cubículos destinados para realizar las necesidades fisiológicas.

La fetidez que se respira en el aula se debe a la falta de limpieza en los sanitarios como consecuencia de la escasez de agua que presenta el centro escolar, pues reciben el agua potable cada 15 días.

Doris Zavala, maestra, explicó que a causa de la contaminación del área prefiere ubicar a los niños bajo la sombra de un árbol.

Cambios

Para la maestra Martina Mendoza, impartir la clase de matemáticas al tercer grado resultó un mayor reto, ya que le tocó utilizar el piso como pizarrón.

“Para los niños es hasta divertido, pero para los padres de familia y nosotros como maestros es triste ver cómo los niños tienen que estar sentados en el suelo recibiendo sus clases”, lamentó la maestra.

La directora del centro educativo, Ada Sevilla, lamentó la situación ya que teme que los menores sufran de insolación o de enfermedades respiratorias graves al permanecer fuera de las aulas y sin condiciones pedagógicas.

Los padres de familia del centro educativo se han comenzado a quejar por la situación en que permanecen los pequeños.

“Yo no puedo estar en mi casa al saber que mi hija recibe clases en una de las aceras de la escuela, por lo que prefiero estar aquí hasta que salga”, comentó Leyda Andrade, presidenta de la asociación de padres de familia.

La opinión de Andrade es compartida por Luis Idiáquez, otro de los padres, quien aprovecha la hora del almuerzo que se le asigna en su trabajo para encaminarse al centro escolar donde permanece su hija Maykelyn, de 11 años, quien cursa el sexto grado.

“Hacemos un llamado urgente a las autoridades del gobierno, no es justo que nuestros niños reciban clases en estas condiciones, por lo que esperamos que nos ayuden”, dijo el entrevistado.

Alexandra Amaya, de 12 años, estudiante del sexto grado, luego de conocer algunos artículos que les explicaron en el aula en cuanto al respeto de los derechos humanos, es lamentable que estos no puedan ser aplicados en el centro escolar.

“Nosotros le preguntábamos a nuestra maestra que cómo era posible que el Estado en vez de brindarnos la protección que se les exige en los tratados de derechos humanos nos viole uno de los más importantes: el de la protección”, analizó la jovencita.

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