De tal suerte que para muchos analistas, el ambiente de incertidumbre que ahora vive el país no es más que la repetición de guiones del pasado.
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Y no es para menos, los presidentes siempre buscan tener en la presidencia del Congreso Nacional una persona que pueda empujar la agenda del Poder Ejecutivo.
Pero un repaso a la reciente historia política del país demuestra que lo de hoy, es algo que también se ha vivido en el pasado. Veamos algunos ejemplos:
Callejas quería a Ramos Soto
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En 1989, los hondureños asistieron a las elecciones generales. Los candidatos de los partidos tradicionales fueron Rafael Leonardo Callejas del Partido Nacional y Carlos Roberto Flores del Partido Liberal. Gana Callejas abrumadoramente.
Callejas se había comprometido con el ex rector universitario Oswaldo Ramos Soto para que presidiera el Congreso Nacional, pero los diputados de su partido lo rechazaron. Callejas maniobró para colocarlo pero los parlamentarios no aceptaron.
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Los diputados nacionalistas eligieron a Rodolfo Irías Navas como presidente del Congreso Nacional y Ramos Soto aceptó de consuelo la presidencia de la Corte Suprema de Justicia. Tiempo después por los mismos pleitos internos en el Partido Nacional el Congreso destituyó a Ramos Soto.
Fito Irías fue presidente del Congreso Nacional de 1990-1994.
Carlos Roberto Reina quería a su hermano
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Cuando los hondureños eligieron a Carlos Roberto Reina presidente de la República en noviembre de 1993 el país estalló en júbilo por el mensaje anticorrupción y moralidad que había enarbolado en la campaña política.
Reina compitió con el abogado Ramos Soto, candidato del Partido Nacional. Fue una campaña feroz y todavía se recuerda aquel spot publicitario en el que Ramos Soto sale subido en un árbol ofreciendo cervecitas heladas.
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Nacional
Reina llega al poder porque en las elecciones internas hizo una alianza con el excandidato liberal Carlos Roberto Flores quien le puso a su disposición toda la estructura y organización del “florismo”.
Si bien Reina tenía 50 años de aspirar a la presidencia, al final lo logra gracias a la estructura que le puso a su disposición Carlos Roberto Flores.
Flores sale electo diputado, al igual que Jorge Arturo Reina por Francisco Morazán. El presidente electo, Carlos Roberto, maniobra para imponer a su hermano en la presidencia del CN.
Sin embargo, quien tenía la estructura y organización era Flores, quien al final es electo presidente del Congreso Nacional, contra los intereses de Carlos Roberto Reina.
En las negociaciones, Jorge Arturo fue electo primer vicepresidente de la cámara legislativa y Rafael Pineda Ponce (hombre de absoluta confianza de Flores) en la segunda vicepresidencia.
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La historia registra que Jorge Arturo casi nunca llegó a las sesiones del CN pues permaneció al servicio del presidente y justamente se gana el apelativo de “hombre invisible”.
Flores como presidente del CN logro mantener una independencia del Poder Legislativo y aprobó importantes leyes del país como el decimocuarto mes de salario, el Código de la Niñez y hace trasparente el presupuesto del CN, por ejemplo.
Pineda Ponce fue su mano derecha en el Congreso, pero tuvo una pieza importante como Gustavo Alfaro de asesor y el diputado Gautama Fonseca que fue un bastión importante en esa legislatura en la producción de leyes.
Flores fue presidente del Congreso Nacional de 1994-1998.
Maduro quiere a Cosenza
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Otro ejemplo que marca la historia es la del presidente Ricardo Maduro, quien al ganar las elecciones aboga porque su amigo y diputado electo Luis Cosenza sea el presidente de la cámara legislativa.
Maduro triunfa en las elecciones de noviembre de 2001 frente al candidato del Partido Liberal, Rafael Pineda Ponce. Y Maduro tras ganar la elección se mueve a favor de Cosenza.
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Cosenza, un tecnócrata y sin mucha vida en el mundo de la política no logró arrastrar el apoyo de los diputados.
Maduro no logra cambiar de opinión a los diputados y estos eligen a Porfirio Lobo Sosa como su presidente. Cosenza como premio de consolación fue el ministro de la Presidencia.
Lobo Sosa es presidente del Congreso Nacional en el periodo de 2002-2006.
Un guión que se repite
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Así que una mirada a la historia política evidencia que los presidentes han querido imponer al titular del Poder Legislativo.
Incluso cuando el presidente Manuel Zelaya Rosales sale electo en las elecciones de noviembre de 2005, empieza a barajarse el nombre del abogado Edmundo Orellana Mercado para la titularidad del Congreso Nacional.
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Mel no logra imponer a Orellana Mercado en el Congreso Nacional y entonces lo nombra Secretario de Defensa, que al final termina renunciando porque se opone al proyecto de la Cuarta Urna de Zelaya.
Los diputados eligen a Roberto Micheletti como titular del Congreso Nacional.
La historia evidencia que no siempre los presidentes han logrado imponer su criterio. La pregunta que queda en el aire es: podrá Xiomara Castro lograrlo?
El domingo se despejará la duda, o…
