El Consejo Nacional Electoral (CNE) ha vuelto a la normalidad, y con ello el desarrollo del cronograma electoral, tras los acuerdos a los que llegaron, por unanimidad, los tres consejeros que conforman el organismo, y, sin duda alguna, los otros actores que tras bambalinas movían los hilos para hacer valer sus criterios en torno al flujo del proceso de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), el día de las elecciones generales.
“Hemos logrado un escenario técnico que nos da certidumbre, es decir, que nos provoca paz a todas las partes. Teniendo este diálogo evitamos que hubiera negociaciones de partidos políticos”, expresó la consejera presidenta, Cossette López.
Quién ganó o quién perdió en el pugilato dependerá del cristal con que lo vean los opinadores del tema.
Lo que debe resaltarse es que se ha retomado el camino de implementación del cronograma electoral, que estaba paralizado desde hace más de un mes, que se garantice que las elecciones se realizarán tal cual están programadas y que las mismas serán transparentes, ampliamente observadas por nacionales y extranjeros, y, lo más importante, que se respetará la voluntad del pueblo expresada en las urnas.
Asimismo, frenar a quienes pudieran estar interesados en que el proceso electoral sea manipulado, o, en casos extremos, que las elecciones no se realicen.
El llamado a ejercer el derecho constitucional al voto de manera masiva, la transparencia y la legalidad del proceso deberán ser ahora los objetivos de toda la sociedad hondureña, de los ciudadanos, de los partidos políticos, de los miembros de las Juntas Receptoras de Votos, entre muchos otros actores, llamados, todos, a la misma vez, a ser veedores y defensores de las elecciones y sus resultados
