Profundizar la cultura democrática

Es imperativo, cambiar el norte político, económico y social de Honduras hacia la profundización de la cultura democrática”.

  • 23 de agosto de 2025 a las 00:00

La democracia, por su propia naturaleza, implica la distribución y limitación del poder político. Sin estos límites, el poder puede concentrarse en unos pocos, facilitando el abuso y la corrupción. Y si, los tres poderes del Estado, Ejecutivo, Legislativo, Judicial se convierten en cómplices de intereses particulares, la democracia deja de ser un sistema de libertades para transformarse en un sistema de corrupción.

En toda nación democrática, es vital que exista división, independencia y complementariedad de los poderes del Estado. En la democracia, nunca un poder del Estado debe someterse a otro, de estarlo se llamaría autocracia o autoritarismo.

Los políticos y funcionarios comprenden que los poderes del Estado, cada uno de ellos, tienen sus límites, sus deberes y sus privilegios, pero estos han ido más allá, cruzando la frontera hacia el abuso, la injusticia, la corrupción y el narcotráfico, tales actos tienen que ver con la ética personal y pública y, sobre todo, la ausencia del temor de Dios. El temor de Dios es aborrecer el mal.

Indudablemente, con una actuación honesta y apegada a ley, garantiza el buen funcionamiento de la institucionalidad pública y privada, pero, justamente es lo contrario lo que ha venido sucediendo en Honduras durante un largo tiempo. Lamentablemente no hemos podido superar estos obstáculos, los hondureños hemos convivido con tres períodos presidenciales continuos calificados como narco Estado.

Los partidos políticos han fallado, porque sus dirigentes no han sido verdaderos filtros, ni verdaderos guardianes de la democracia; en lugar de filtrar a los mejores líderes, han permitido el ascenso de candidatos de mala calidad, corruptos, narcotraficantes, a cargos de elección popular en los niveles de diputados, alcaldes y de presidentes, contribuyendo con el debilitamiento institucional y al saqueo de la hacienda pública.

En Honduras los sistemas políticos y de partidos se ha venido deteriorando progresivamente a causa de los políticos y funcionarios que han hecho de la política un negocio económico, una manera de resolver los problemas personales; comerciantes y no servidores públicos, quienes actúan con la firme convicción de destruir la hacienda del Estado sin importar el pueblo.

Urge hacer cambios, comenzando por quitar aquellos políticos y funcionarios corruptos, no importando el partido, quienes han hecho mal a conciencia, causando grave daño económico y social a la nación y a su pueblo.

En este sentido, los electores en las elecciones generales deben actuar con responsabilidad y estudiar detalladamente cada candidato y no votar por candidatos corruptos, reitero, no importando el partido.

Es imperativo, cambiar el norte político, económico y social de Honduras hacia la profundización de la cultura democrática, respetar el pluralismo, apartar el sectarismo político, caminar por rutas de la modernización, transformación y reformas que el país requiere y exige.

Honduras necesita permanentemente instituciones fuertes y no hombres fuertes. Dios salve a Honduras. Queda Planteado

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