Muere la palabra

Como sentenciara hace décadas Warren Johnson, “la primera víctima en una guerra es la verdad”

  • 29 de septiembre de 2025 a las 00:00

Vivimos el año de represión del pensamiento. BBC censura a su anchorman por emplear el término semitismo; Deutsche-Welle y France 24 generan noticias falsas sobre la guerra en Ucrania; Trump logra expulsar a un periodista de Fox que duda de un su líder asesinado; el Consejo Europeo discrimina el ingreso de reporteros a sus salas de prensa; Zelensky encierra a una investigadora social por espía pero más por preguntar más de la cuenta e Irán ahorca a otro. Como sentenciara hace décadas Warren Johnson, “la primera víctima en una guerra es la verdad”.

Se acusó a Sócrates por tres delitos: inducir a nuevos dioses, transformar la verdad en mentira y corromper jóvenes. Fue condenado a beber cicuta, planta alcaloide similar al curare indio, que desata parálisis. Cuando la edad media ninguna palabra era pronunciada si contrastaba o negaba la “verdad” bíblica. Quemaban al hereje, peloneaban supuestas brujas desfilándolas por vergonzosas calles; torturaban al pensador. Más tarde Pizarro crucifica indígenas en Sudamérica y sentencia a que, atado a cuatro caballos tirando en opuestas direcciones, Túpac Amaru se rompa desmembrado. Benito, Señor de Olancho, destruye la villa española de Villa Hermosa y mata al navegante Juan de Grijalba, pero capturado por Diego de Salcedo lo llevan a Nicaragua donde muere “aperreado” (dentellado por perros). La verdad jamás será amiga del poderoso.

Para Rodrigo “la violencia fue elemento consustancial a la dictadura española de Franco (1939-1975)... Omnímodo poder de sangre y oprobio, fue el dictador que, en tiempos de paz, ocupó muchos muertos para mantenerse en el poder. [...] 30,000 desaparecidos”; Federico García Lorca, Miguel Hernández y 250,000 más asesinados por causas políticas, “sometidos a ilegales consejos sumarísimos de guerra más un millón aherrojado en campos de concentración, miles de prisioneros asignados a mano de obra forzosa, 300,000 internos en cárceles y la vergonzante represión de género que llegó a crueldades como rapar mujeres, violarlas, robar niñas y niños de cárceles femeninas, actos que la iglesia Católica justificó y ayudó a ser aceptados pues lo que vivía España, decían tus malévolos curas, “no era guerra civil sino cruzada por religión, patria y la civilización”.

En Argentina de la década de 1970, añorada por Milei, fueron desaparecidos, entre miles, 150 actores y poetas. “Cuando la dictadura la poesía desempeñó papel crucial como resistencia y expresión de lucha por la libertad. Los poetas, enfrentándose a censura y represión, hallaron en la palabra escrita el medio para dar voz a los silenciados por el régimen. Sus versos transmitían angustia, esperanza y valentía de un pueblo oprimido, convirtiéndose en testimonio inquebrantable de la realidad que vivían. A pesar de dificultades y riesgos esos poetas se negaron a callar, desafiando con su pluma el intento de anular la libertad de expresión y el pensamiento crítico”.

Es cuando Rodolfo Wash destila su dolor en la terrible “Carta a mis amigos”, que debes leer pues describe lo que los conservadores neoliberales quieren implantar en Honduras.

“...hasta cuándo serán naranjos las calles del Tigre / y no el corazón de mi amor” ruega dolorido el poeta Miguel Bustos...

Te gustó este artículo, compártelo
Últimas Noticias