Mensaje para los partidos políticos (3/4)

"El último gobierno liberal irónicamente fue encabezado por Manuel Zelaya, caracterizándose por una fuerte dosis de improvisación"

  • Actualizado: 25 de junio de 2025 a las 00:00

Retomando los mensajes para los partidos, vamos con el Partido Liberal (PL). Ustedes son el partido político más antiguo. 134 años de existencia y, a punto de entrar a unos comicios generales acumulando 20 años sin triunfos electorales en la presidencia. En 2009, sus dirigentes cayeron en el contrasentido histórico al propiciar y ejecutar un golpe de Estado contra alguien de su propio partido y, más allá de eso, fueron inconsecuentes con la memoria del derrocamiento del destacado presidente Villeda Morales en octubre de 1963, apenas diez días antes de la inminente elección de Modesto Rodas, otro caudillo histórico.

En 2009, el PL, lastimosamente, traicionó su vocación histórica de estar al lado de los perseguidos políticos y se tornó en represor, muy similar a lo ocurrido con el expresidente Suazo Córdova en el retorno a la democracia formal en 1982.

El último gobierno liberal, irónicamente, fue encabezado por Manuel Zelaya, caracterizándose por una fuerte dosis de improvisación y debilidad derivada de su minoría electoral. Frente al derrocamiento de Zelaya en su intentona continuista en junio de 2009, hubo un apoyo significativo e inesperado de un movimiento social de resistencia aunado al respaldo de una diversa comunidad internacional.

Estas circunstancias fortalecieron a la futura fracción disidente en el PL que llevó hasta la conformación de un nuevo partido. Los derrocadores calcularon mal el golpe de 2009 y no lograron borrar del mapa político a Zelaya, por el contrario, le hicieron el favor de dibujarle imagen de caudillo. El golpe estancó al país en el mayor atraso histórico y, particularmente, hundió al PL en una crisis que todavía no supera plenamente. Algo peor ocurrió con la economía nacional, profundizando los desequilibrios estructurales.

Desde noviembre de 2009, el PL ha sufrido cuatro derrotas al hilo, con caídas sucesivas en cada elección, a tal grado que en 2021 descendieron a una votación presidencial menor a su resonante victoria en el retorno a gobiernos civiles.

Basta contrastar los 350 mil votos en 2021 con los 700 mil sufragios en 1981, con población total de 4.0 y 9.8 millones en ambos años, respectivamente. En otras palabras, en cuatro décadas con sostenido crecimiento poblacional, el partido mayoritario en Honduras se redujo a la mitad de votantes.

Decepcionante ha sido ver al PL actuando como partido “bisagra” o “rémora” en los regímenes posgolpe del PN y la primera mitad del régimen de Libre. Se recuerda con asombro la coyuntura del año 2014 cuando el recién formado, pero pujante partido Libre ofreció sus votos para que el partido de las “milicias eternamente jóvenes” encabezara el Poder Legislativo a pesar de haber sido desplazado al tercer lugar. Similar error fue cerrarse a una posible coalición electoral “anti-JOH” en 2017.

En la actual coyuntura, frente a los comicios generales de 2025, el PL realizó estratégica sorpresa abriendo sus puertas para la incorporación o retorno de facciones disidentes, en este caso en ruta “inversa”, propiciando la integración de miembros y exaliados de Libre habilitándolos para participar en sus elecciones primarias de marzo. Sin duda, se adquirieron nuevos brillos pero aún insuficientes para superar la crisis acumulada.

De cara a las generales del 30 de noviembre, el PL se percibe como potencial capitalizador del voto independiente que antes tuvo Libre. Volver a crecer y triunfar dependerá de la audacia, sobriedad, carisma y coherencia de sus candidatos.

Te gustó este artículo, compártelo
Últimas Noticias