El rearme de la OTAN para salvar la economía

"El rearme de la OTAN tiene también su base en la pérdida de competitividad de Europa y Estados Unidos frente a las nuevas economías"

  • Actualizado: 27 de junio de 2025 a las 00:00

Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945, este es el período más largo en el que los europeos no se han matado entre sí en guerras espantosas y despiadadas. Sin embargo, el espíritu bélico de Europa sigue latente como un tizón encendido, y ahora anuncian un impresionante rearme, presionados por el expresidente Donald Trump.

Los estadounidenses tampoco tienen un historial glorioso de paz; todo lo contrario: desde su fundación en 1776, apenas han pasado 13 años sin conflictos activos. Es decir, en 249 años de existencia, han estado 236 en guerra con alguien. Por eso no les parece insultante sus gastos astronómicos en defensa.

Esta semana, los 32 países de la OTAN decidieron aumentar su gasto militar al 5% de su PIB, un porcentaje obsceno que, si quisieran, podrían utilizar para paliar gran parte del hambre en el mundo, proteger el medio ambiente o, simplemente, reducir la pobreza. Para justificarlo, inventan enemigos, monstruos; esta vez es Rusia y una supuesta invasión que, al parecer, ni siquiera se les ha ocurrido a los rusos.

Tampoco es nuevo temer a Rusia e intentar intervenirla o invadirla: Napoleón tomó ese tortuoso camino y cayó estrepitosamente; casi 130 años después, Hitler también se aventuró y con ello selló el inicio de su tragedia.

Pero las guerras no tienen como único objetivo el enfrentamiento bélico; siempre esconden terribles intereses económicos. El rearme de la OTAN tiene también su base en la pérdida de competitividad de Europa y Estados Unidos frente a las nuevas economías: China, India, Brasil y los gigantes del sudeste asiático. La hegemonía occidental se agota.

Los BRICS ya agrupan al 51% de la población mundial y el 40% del PIB global. Es cierto que los fundadores -China, Rusia, India y Brasil- siguen liderando, pero los nuevos socios, como Tailandia, Indonesia y Malasia, tienen un peso económico clave para un nuevo orden mundial.

Mientras Estados Unidos sufre inflación y desindustrialización, Italia no puede pagar sus deudas y Alemania cierra fábricas, los BRICS crecen imparables. Incluso Rusia, sancionada por Occidente, registra un crecimiento económico asombroso. El mundo unipolar se extingue; ahora la noticia es el multilateralismo.

El rearme de la OTAN también pretende reactivar la economía de EE. UU. y Europa, salvando este brutal negocio que ha cambiado fronteras y matado a millones de personas. Mientras tanto, en el sur global se habla de cooperación, crecimiento compartido y avances en producción y comercio.

La OTAN gasta ocho veces más que Rusia en armas, por lo que España ha intentado ser más sensata: destinar el 5% del PIB a armamento afectará programas sociales y de ayuda internacional. Entonces, Trump hace lo que mejor sabe hacer: amenazar. También es cierto que muchos de los países que cedieron a la presión no podrán cumplir con ese gasto, lo que convertirá este programa en otro fracaso.

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