A los graduandos

Al graduarnos, recordemos que la educación nos impulsa a ser auténticos, perseverantes y a dejar huella, enfrentando nuevos retos con pasión y valores

  • 19 de junio de 2025 a las 00:00

Al escribir estas líneas, es inevitable sentir cómo la nostalgia nos invade al enterarnos de que hemos alcanzado el final de este recorrido de nuestra vida universitaria y estamos a punto de darle la bienvenida a una nueva etapa. Ahora, se presentan los recuerdos cuando cruzamos la puerta de la universidad como estudiantes los primeros días, con nervios y sin conocer a nadie en una ciudad desconocida, lejos de nuestro hogar. La universidad no solo nos ha dado nuestra preparación profesional, sino que ha sido una guía para descubrir quiénes somos y quiénes queremos ser. Nos ha enseñado que todo nuestro trabajo tomará sentido y satisfacción si cumple un propósito orientado al bienestar común. La universidad nos ha inspirado a ser ese cambio que tanto necesita el mundo; haciendo la diferencia. Recordemos que no hay ningún cambio en el mundo que no haya empezado por un individuo que haya decidido hacer algo diferente.

La vida laboral quizá no sea fácil, las evaluaciones ya no serán notas con base en un cien por ciento, ya no hay trimestres ni semestres, inicios y finales de períodos académicos. Ahora, el mundo laboral se volverá nuestra vida, y si me permiten aconsejarles algo y es que sigamos el camino que nos haga sentir realizados, no dejemos que se nos pase la vida en lugares donde no estamos cómodos. El éxito no está limitado a los logros académicos y financieros, también involucra el bienestar físico, emocional y social dejando huella en las personas que conocemos.

Esta generación de graduandos hemos vivido la pandemia del covid-19 a inicios de la carrera, y si algo nos ha enseñado este acontecimiento global es que el tiempo en nuestras vidas es un recurso finito que tenemos que aprovechar sin dudar. Recordemos que no hay triunfo en la vida sin disciplina, dedicación, perseverancia y lo más importante: “errores”. Tomas Edison dijo que “los errores simplemente nos enseñan las formas de cómo no hacerlo”. Las más grandes ideas en el mundo han iniciado nada más que con talento, ganas y persistencia. No tengamos miedo de soñar e intentar nuevas experiencias, y sobre todo, de descubrir y explotar nuestros talentos. Veamos los días venideros como el inicio del éxito, con todas las implicancias que conlleva y tengamos la valentía de hacer siempre lo correcto. ¡Seamos auténticos!

El título que hemos recibido y/o estamos por recibir no solo lleva nuestros nombres, lleva el nombre de nuestras madres, padres, hermanos, abuelos, abuelas, familia y todos aquellos que han creído en nosotros, incluso cuando nosotros mismos dudábamos.

Recordemos que nos dieron el mejor regalo: la educación. Muchos de ellos quizá no tuvieron la oportunidad de ser profesionales, pero se sacrificaron para que nosotros lo seamos.

Por último, en un mundo tan globalizado, la educación no termina. Las nuevas tecnologías nos obligan a prepararnos aún más. Queridos graduandos, a partir de ahora necesitaremos más que buenas calificaciones. No existe la suerte, existe el talento, el trabajo, la pasión y dedicación. Les deseo una vida llena de éxitos y que nunca olvidemos los valores que nos han traído hasta aquí.

Te gustó este artículo, compártelo
Últimas Noticias