Aquel grito masivo de “Fuera JOH” se repite ahora con la misma intensidad, solo que cambiando a “Fuera el familión” o “Libre nunca más”. La gente está harta de los desaciertos y arbitrariedades de este gobierno. Lo vimos en las internas del pasado 9 de marzo, cuando a pesar que intentaron boicotear las elecciones, los votantes esperaron en forma estoica el día entero, incluso en horas de madrugada para depositar su voto y así cumplir con su deber ciudadano.
La caminata de miles de cristianos en más de 52 ciudades de la República convocados por la iglesias católicas y evangélicas pidiendo paz ante la calamitosa situación que vive el país, fue otra demostración más con un mensaje claro al gobierno, que los hondureños deseamos vivir en paz, y en el fondo, queremos elecciones libres y transparentes que busquen la alternabilidad en el ejercicio del poder político de la nación.
No es poca cosa que el Tribunal de Honor de Libre se disuelva a falta de quórum y exceso de renuncias. Más grave aún, cuando una crisis moral se manifiesta cada vez más, con publicaciones que cuestionan incluso a altos dignatarios que han desviado recursos públicos. No en vano, uno de los exmiembros de este Tribunal señaló que no hay norte ético en Libre, que sigue enfrentando sus propios demonios y espantos, caracterizados entre otros, por los escándalos de corrupción, el narcovideo y la imposición del pensamiento único.
Tampoco son buenas noticias para el gobierno la derrota electoral de la izquierda boliviana, vista por la prensa andina como la “demolición” del socialismo democrático permeado por la corrupción y el narcotráfico. Muestra elocuente de que los países de esta región no quieren seguir con este modelo político fracasado. Y mucho menos es que el gobierno estadounidense haya mencionado a Honduras como ruta de la droga hacia los Estados Unidos.
O que los “camaradas” venezolanos de Libre hayan sido tildados de narcotraficantes y líderes del Cartel de los Soles. Sin duda, si cae el gobierno venezolano, será el tiro de gracia para sus panas hondureños.