Paremias modernas

Es bueno dejar el trago; lo malo es no acordarse dónde. No soy un completo inútil; por lo menos sirvo como ejemplo

  • Actualizado: 07 de octubre de 2025 a las 00:00

Conocidas comúnmente como refranes, son enunciados breves de orígenes inciertos que transmiten mensajes que incitan a la reflexión, constituyendo uno de los elementos clave de la cultura popular. A menudo, el mensaje que transmiten tiene sus raíces en un conocimiento con siglos de antigüedad, y con prácticas tradicionales, que se transmiten de generación en generación. Con el transcurrir del tiempo y de la vida, muchos de estos refranes corren el riesgo de desaparecer, por mostrarse algo desfasados. Por ello, su significado ha evolucionado con igual interés y perspicacia, tal como solemos apreciar en los siguientes ejemplos: Ladrón que roba a ladrón, ¡es político el bribón! Barriga llena, corazón, ¿qué hicimos? No tiene la culpa el indio, sino el que lo hace gerente. Cae más pronto un hablador que un cojo. ¡Más vale prevenir que amamantar! Camarón que se duerme, amanece de cóctel. Toda cuestión tiene dos puntos de vista: el equivocado y el mío. Amor de lejos, felices los cuatro. El amor es ciego; solo el matrimonio puede devolverte la vista. El que madruga encuentra todo cerrado. Hazlo bien, sin mirar con quién. El trabajo en equipo es esencial: te permite echarle la culpa al otro. El que ríe al último no entendió el chiste. Detrás de todo hombre que triunfa hay una mujer sorprendida. Hay un mundo mejor, pero es carísimo. Todo tiempo pasado fue anterior. Si un pajarito te dice algo, debes estar loco, pues los pájaros no hablan. Hay dos palabras que te abren muchas puertas: tire y empuje. Felices los que nada esperan, porque nunca serán defraudados. Cuando un millonario pasa a mejor vida, sus herederos también. Pez que lucha contra la corriente muere electrocutado. Tener la conciencia limpia es síntoma de mala memoria. Si la montaña viene hacia ti, corre: es un deslizamiento. Lo importante no es saber, sino tener el teléfono del que sabe. Lo triste no es ir al cementerio, sino quedarse. Es bueno dejar el trago; lo malo es no acordarse dónde. No soy un completo inútil; por lo menos sirvo como ejemplo.

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