Xinderella, la gata de Singapur, vive en limbo regulatorio tras nuevas normas

Xinderella, una gata rescatada, tiene hogar, pero no está registrada. Las nuevas normas de Singapur sobre gatos en viviendas públicas generan confusión

  • 13 de diciembre de 2024 a las 17:25
Xinderella, la gata de Singapur, vive en limbo regulatorio tras nuevas normas

Por Mike Ives / The New York Times

SINGAPUR — Xinderella, una gata rescatada, tiene un microchip, un ser humano y un hogar, pero vive en un limbo regulatorio. Según las nuevas y turbias normas que rigen a los gatos en las viviendas públicas de Singapur, ella no está registrada en el departamento donde duerme.

La gata atigrada de tres patas es uno de un número desconocido de gatos que legalmente pueden tenerse como mascotas en Singapur, donde más de cuatro de cada cinco residentes viven en viviendas públicas. La revocación de una prohibición de 35 años a tener gatos en viviendas públicas que entró en vigor este año fue importante para los amantes de los gatos que habían estado violando calladamente las reglas durante décadas.

El Gobierno no ha dicho cómo planea hacer respetar las nuevas reglas ni penalizar a los propietarios que las desobedezcan. “Todos estamos sorteando muchas interrogantes”, dijo Kartika Angkawijaya, madre adoptiva de Xinderella.

El cuidado de gatos abandonados suele recaer en voluntarios de bajos ingresos en viviendas públicas de Singapur.

Incluso si se amplían las reglas, los defensores del bienestar animal dicen que no solucionarán rápidamente los problemas relacionados con los gatos, incluyendo los abandonos que impulsan a la población de gatos callejeros en las áreas de vivienda pública y las fallas de seguridad que han permitido que algunos gatos caigan y mueran.

Muchos singapurenses dejan que sus gatos deambulen sin esterilizarlos y, en ocasiones, los gatitos son abandonados en la calle. La carga de la atención a menudo recae en voluntarios de bajos ingresos en la vivienda pública.

Los partidarios dicen que la esterilización obligatoria aliviaría esas presiones, pero al Gobierno le preocupa que pueda disuadir el trámite de licencias para gatos. Las autoridades dicen que por ahora están centradas en crear incentivos para la esterilización voluntaria y en ampliar un programa que ha esterilizado y colocado microchips a gatos callejeros desde el 2011.

Nadie sabe cuántos gatos viven en Singapur. El registro de gatos domésticos abrió cuando las nuevas reglas entraron en vigor en septiembre. El Gobierno dice que se estima que hay 13 mil gatos “deambulantes” en áreas a nivel del suelo de acceso público.

El Gobierno prohibió los gatos en las viviendas públicas en 1989, porque eran “generalmente difíciles de contener” en departamentos.

Bajo las nuevas reglas sobre gatos, cada unidad de vivienda pública podrá tener hasta dos gatos —con una cláusula para los gatos ya alojados allí, siempre que se registren en el curso de dos años.

Los defensores temen que el abuso animal, ya sea por parte de los dueños o de sus vecinos anti gatos, pueda aumentar a medida que sea más fácil tener un gato.

Los funcionarios de Singapur ahora están teniendo una mejor idea de sus problemas relacionados con los gatos, dijo Yeumee Song, directora nacional de Pet Space Singapore, una clínica veterinaria.

“Están reconociendo que existe una población de animales no revelada de la que simplemente no tienen información”, dijo.

© 2024 The New York Times Company

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