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Terror al narcotráfico silencia a la prensa azteca

En los últimos cinco años, “el poder del narcotráfico ha silenciado a un gran sector del periodismo nacional”, dijo Raúl Omar Martínez, presidente de la Fundación Buendía y director de la Revista Mexicana de Comunicación.

09.05.2012

Los narcotraficantes mexicanos han aplicado una política de terror contra los periodistas que no se someten a sus designios, con asesinatos atroces, decapitaciones y desmembramientos de comunicadores, con lo que han logrado silenciar a la prensa en muchos lugares de México.

En los últimos cinco años, “el poder del narcotráfico ha silenciado a un gran sector del periodismo nacional”, dijo Raúl Omar Martínez, presidente de la Fundación Buendía y director de la Revista Mexicana de Comunicación.

La semana pasada, los cadáveres de tres fotógrafos y una empleada de un diario aparecieron descuartizados, pocos días después del asesinato de la corresponsal del prestigioso semanario Proceso, en Veracruz, sobre el Golfo de México.

Algunas de las víctimas acudieron por su cuenta a la cita en la que encontraron la muerte. Gabriel Huge, uno de los periodistas asesinados en Veracruz la semana pasada, al salir de casa el día que desapareció entregó su cámara a su hermana Mercedes. “Ahora pienso que él sabía lo que iba pasar”, dijo el día del funeral la mujer, madre también de un fotógrafo de 22 años asesinado junto con su tío.

Nadie sabe con certeza la poderosa razón que los motivó a acudir a ese encuentro.

Según un periodista de Veracruz, desde que mataron en julio de 2011 a Yolanda Ordaz de la Cruz, del diario Notiver, sus colegas no habían vuelto a ser “convocados” por los narcotraficantes, dijo bajo anonimato.

Hasta entonces, reporteros y fotógrafos de fuentes policiacas de Veracruz eran convocados de vez en cuando por los pistoleros, que les exigían publicar una noticia o no publicar otra, y llegaron a castigarlos con golpizas por no obedecer, según testimonian varios de ellos.

Entre 2008 y 2011, los Zetas controlaron las actividades delictivas y acosaron a la prensa local en el puerto de Veracruz. Pero a mediados de 2011, el grupo Nueva Generación o Matazetas, vinculada al cártel de Sinaloa, logró entrar a ese territorio para combatir a Los Zetas.