Mundo

Restricciones inmigratorias de EEUU separan familias iraníes  

Como era de esperarse luego que la Corte Suprema de Estados Unidos habilitara parte del decreto migratorio de Trump, familias de los seis países musulmanes viven las consecuencias

FOTOGALERÍA
05.07.2017

California, Estados Unidos
Las restricciones inmigratorias del gobierno de Donald Trump han asestado un duro golpe a la comunidad iraní de Estados Unidos, que tiene sólidos lazos familiares y acostumbra a viajar permanentemente entre Los Ángeles y Teherán.

Los iraníes que satisfacen los requisitos para solicitar visas tendrán que enfrentar un proceso más complicado que el previo, que puede tomar meses, si no años, según abogados especializados en temas de inmigración.

Mientras tanto, las familias están separadas. Mina Thrani, un ama de casa de 38 años, esperaba recibir a su tía para las fiestas navideñas, pero no podrá hacerlo por las restricciones.

Xena Amirani, estudiante universitaria de 18 años de Los Ángeles, dijo que su familia está de luto por la muerte de su abuela atropellada por un vehículo cuando cruzaba la calle. Varios miembros de la familia viajaron a Irán al entierro. Ahora dos tíos quieren venir a California para acompañar a la familia durante este duro período, pero no pueden hacerlo por las restricciones.

“No tienen ningún sentido”, se lamentó Amirani.

La versión suavizada de las restricciones que comenzó a regir la semana pasada fija límites a la concesión de visas a personas de seis países de mayoría musulmana, incluido Irán. Las nuevas normas exigen a la gente que pide visa que demuestre una relación familiar, laboral o académica “estrecha” con Estados Unidos.

Estados Unidos tiene casi 370.000 inmigrantes iraníes, según el último censo, muchos más que los de cualquiera de las otras cinco naciones afectadas: Siria, Sudán, Somalia, Libia y Yemen.

A pesar de las fricciones entre Teherán y Washington, los vínculos personales entre los residentes de ambos países siguen siendo fuertes.

“Todo el mundo se ve afectado porque todos tienen un pariente en Irán y se viaja mucho” entre los dos países, dijo Trita Parsi, presidenta del Consejo Nacional Iraní-Estadounidense.

Los obstáculos a esos viajes, no obstante, no son nuevos. Dado que no hay embajada de Estados Unidos en Irán, los iraníes deben ir a otros países para la entrevista consular de rutina, lo que requiere tiempo y dinero.

Y la aprobación de visas pedidas por iraníes puede tomar más tiempo que lo normal, de acuerdo con abogados.

“Incluso con (el presidente Barack) Obama era muy difícil sacar visa y sortear todos los procedimientos. Pero ahora es una política oficial”, expresó Ally Bolour, abogado de inmigración de Los Ángeles.

El Departamento de Seguridad Nacional dijo que las restricciones aprobadas por la Corte Suprema ayudarán a proteger a Estados Unidos.

Pero los iraníes destacan que muchas personas vinieron a Estados Unidos en busca de libertad tras la revolución islámica de la década de 1970 y que los terroristas que perpetraron el ataque del 11 de septiembre del 2011 contra las Torres Gemelas eran de países que no son afectados por las restricciones.

Mina Jafari, diseñadora gráfica de 28 años de Washington, dijo que la madre de su prometido no podía venir a su boda por las restricciones. Eso hizo que decidiesen casarse en Irán, no en Estados Unidos. Pero ello impedirá que su hermana esté presente, pues prefiere no viajar a su país de origen por su activismo político.

“Tengo familiares proscriptos en Irán y familiares proscriptos aquí”, se lamentó Javari. “Es algo loco”.