Ciudad del Vaticano.- El humo negro salió por la chimenea de la Capilla Sixtina en el Vaticano, señal que indica que el cónclave continuará y que la Iglesia Católica aún no escoge al papa sucesor de Francisco.
A las 09:00 p.m (hora de Roma), más de 30 mil personas congregadas en la plaza de San Pedro observaron la fumeta negra, tras un poco más de tres horas de espera a partir de que las puertas de la Capilla Sixtina cerraron para dar inicio a la votación.
Para elegir al sumo pontífice número 267 en la historia de la Iglesia Católica, se requieren de dos tercios de votos. Es decir, se necesitan al menos 89 votos, considerando que son 133 cardenales los que participan en el cónclave.
De acuerdo a las normas para la elección del Santo Padre, en el primer día del cónclave se desarrolla una única votación.
Al no haber todavía un cardenal electo, la votación se reanudará el jueves 8 de mayo con cuatro votaciones: dos se realizarán por la mñana y las otras dos restantes por la tarde.
Según informa Vatican News, los purpurados se reunirán antes de las 8 de la mañana en el Palacio Apostólico para celebrar la Santa Misa y las Laudes en la Capilla Paulina.
Posteriormente, se dirigirán a la Capilla Sixtina a las 09:15 a.m (hora en Roma) para recitar la Ora Media y luego realizar el proceso de votaciones. Los dos procesos de elección restantes del día se llevarán a cabo a las 04: 30 p.m. (hora en Roma).
Si después de tres días los cardenales siguen sin elegir al próximo pontífice, la normativa dicta que se establece un día de receso, en el cual los purpurados podrán rezar y reflexionar sobre su decisión. En este caso, el día de descanso se realizaría el domingo 11 de mayo.
Si este escenario llegara a ocurrir, los cardenales volverían a reunirse el lunes 12 de mayo para continuar con el proceso.
En el cónclave en el que fue electo Juan Pablo II, tuvo una duración de tres días; el cónclave de Benedicto XVI tardó dos días, al igual que el de Francisco.
Millones de fieles esperan que pronto desde la chimenea de la Capilla Sixtina surja la fumata blanca para anunciar al nuevo líder de la Santa Sede y de la Iglesia Católica.
