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Las fronteras con Irak y Turquía en manos del ejército rebelde

Más de 18,600 sirios que huyen de la violencia de su país, en particular en Damasco, se han refugiado en el Líbano, según fuentes de seguridad libanesas. Rusia y China imponen su veto en la ONU a resolución occidental contra régimen.

20.07.2012

El ejército sirio entró con sus tanques a un barrio de Damasco, decidido a aplastar la rebelión armada, y escapó de nuevo a las sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU gracias al veto de Rusia y China.

Las fuerzas gubernamentales contraatacaron a los insurgentes con helicópteros y artillería en el quinto día consecutivo de enfrentamientos en Damasco. El miedo podía sentirse en el pulso de la ciudad la víspera del comienzo del Ramadán, el mes de ayuno de los musulmanes.

La oposición armada siria, mientras tanto, se hizo con el control de la frontera con Irak, según el viceministro del Interior de este país. “Todos los puntos fronterizos entre Irak y Siria están bajo el control del Ejército Sirio Libre”, formado principalmente por desertores, dijo el funcionario.

En la frontera con Turquía, los rebeldes tomaron el control del puesto fronterizo de Bab al Hawa, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

El paradero del mandatario, su esposa y sus tres hijos menores de edad ha sido un misterio desde el ataque que decapitó su cúpula de seguridad. Pero para acallar los rumores, la televisión estatal siria difundió ayer las primeras imágenes de Bashar al Asad luego del atentado. En las imágenes se ve a Asad con traje azul recibiendo al nuevo ministro de Defensa, el general Fahd al Freij, con uniforme militar, tras prestar juramento.

Freij sucedió al titular de la cartera de Defensa, Daud Rajha, que murió en el ataque del miércoles. Además de este fallecieron su viceministro y cuñado del presidente, el general Asef Shawkat, y el general Hasan Turkmani, jefe de la célula de crisis creada para sofocar la revuelta. El viernes está previsto su funeral en Damasco.

Nuevo veto en la ONU

Mientras tanto, en Nueva York, Rusia y China echaron un cable al régimen sirio al vetar en el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución occidental que amenazaba con sancionarlo. Es la tercera vez que ambos países lo hacen desde que comenzó la rebelión antirrégimen en Siria en marzo de 2011.

El emisario internacional Kofi Annan, que trató de aplicar un plan de paz nunca cumplido, dijo que está “decepcionado de que en este punto crítico, el Consejo de Seguridad de la ONU no pueda unirse y adoptar la acción fuerte y concertada que pidió y esperaba”, según su portavoz Ahmad Fawzi.

Yendo más lejos, la Casa Blanca estimó que tras el doble veto la misión de Kofi Annan, enviado especial de la ONU y de la Liga Árabe para Siria, no puede seguir adelante. El embajador ruso en la ONU, Vitaly Churkin, justificó la posición de su país afirmando que la resolución propuesta por los países occidentales “abría la vía” a una intervención militar, un extremo al que Moscú se opone.

La embajadora norteamericana Susan Rice lamentó el fracaso de la resolución y anunció que tras esto Washington quiere trabajar fuera del Consejo de Seguridad para presionar al gobierno de Damasco.

Falta de información genera dudas del atentado

La falta de información contrastable en Siria ha dado alas a las especulaciones sobre el atentado que terminó con la vida de tres altos jerarcas sirios. Incluso hay quien se pregunta si realmente tuvo lugar en el lugar y el momento anunciado por las fuentes oficiales.

Algunos periodistas que se encuentran sobre el terreno en Damasco aseguraban durante la jornada que no había señales visibles de explosiones o una presencia extraordinaria de fuerzas de seguridad en las inmediaciones de la sede de la Seguridad Nacional, lugar donde se produjo según las fuentes oficiales del régimen.

Aunque los insurgentes se adjudicaron la responsabilidad del ataque a la habitación donde se reunían los principales funcionarios de seguridad.

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