Las perspectivas de un acuerdo en el Senado para concretar una ambiciosa reestructuración de las leyes de inmigración en Estados Unidos mejoraron de manera pronunciada luego que empresarios y sindicatos parecieron dispuestos a zanjar sus diferencias sobre un nuevo programa de trabajadores no especializados.
La central sindical AFL-CIO y la Cámara de Comercio habían estado disputando sobre los salarios para decenas de miles de trabajadores no especializados que acudirían al país, según el nuevo programa, para ocupar cargos en construcción, hoteles, guarderías y restaurantes, así como en algunos otros sectores económicos.
Pero dirigentes de ambas partes dijeron que habían llegado a un acuerdo preliminar en la cuestión salarial, y el senador demócrata Chuck Schumer dijo que estaban muy cerca de un acuerdo definitivo.
Eso probablemente dejará expedito el camino para que Schumer y otros siete senadores de un grupo bipartidista presenten un proyecto de ley la semana del 8 de abril para reformar el sistema inmigratorio nacional: fortalecer la frontera, penalizar a los empleadores que contraten personal no autorizado a vivir en Estados Unidos, permitir el ingreso de decenas de miles de trabajadores especializados y no especializados, y suministrar una vía a la ciudadanía para los 11 millones de inmigrantes que ya viven en el país sin documentación migratoria autorizada.
“Nos sentimos muy optimistas en cuanto a la inmigración: los estadounidenses que lo deseen recibirán el plan para la ciudadanía que se merecen y podremos modernizar el ‘flujo futuro’ sin reducir salarios para ningún trabajador local, independientemente de qué documentación tengan”, dijo en un comunicado Jeff Hauser, vocero de la AFL-CIO. “Flujo futuro” se refiere a la llegada en el futuro de inmigrantes autorizados.
Según el acuerdo que está surgiendo entre empresas y trabajadores, un nuevo programa de visas “W’’ permitirá la entrada de decenas de miles de trabajadores no especializados por año.