Dos atentados suicidas contra los servicios de seguridad dejaron unas 40 muertos en Damasco, en coincidencia con la llegada de una misión de la Liga Árabe para buscar una salida a la crisis, tras nueve meses de protestas contra el régimen de Bashar al Asad.
'Hay más de 40 muertos y más de 100 heridos en los dos atentados de hoy', indicó el viceministro sirio de Relaciones Exteriores, Faysal Meqdad, en el lugar de uno de los ataques.
Meqdad atribuyó los atentados a la red islamista Al Qaida y apuntó también a las potencias occidentales, que acentúan la presión para que cese la represión de las protestas.
Por su parte, los opositores responsabilizan al régimen de Asad de estar detrás del doble atentado con el objetivo de 'desorientar' a los observadores árabes que llevan ya un día en el país.
'El terrorismo quiso que la primera jornada de los observadores en Damasco sea trágica, pero el pueblo sirio hará frente a la máquina de matar apoyada por europeos, estadounidenses y ciertos árabes', declaró.
'En el primer día de llegada de los observadores árabes, este es el primer regalo del terrorismo y de Al Qaida, pero vamos a facilitar al máximo la misión de la Liga Árabe', añadió. Meqdad estaba acompañado por Samir Seif al Yazal, subsecretario general de la Liga Árabe, que desde el jueves prepara el terreno a la llegada de los observadores. 'Vamos a continuar nuestro trabajo', dijo Yazal, quien ofreció sus condolencias a los familiares de las víctimas de los atentados.
'Lo ocurrido es de lamentar y lo importante ahora es que las cosas se calmen', agregó.
Los atentados se produjeron con pocos minutos de diferencia en el barrio de Kfar Suseh, contra el complejo de la Seguridad del Estado y frente a un edificio de los servicios de seguridad militar.
Por otra parte, la represión de las protestas dejó nuevas víctimas ayer, con al menos seis civiles muertos y siete heridos durante manifestaciones en Homs (centro del país), según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).