Las clínicas veterinarias obviamente usan esos equipos para atender a mascotas y otros animales, pero debido a que son las mismas herramientas que se usan con seres humanos, están donándolas para ayudar a atender a los enfermos y evitar la propagación de la enfermedad.
“Las compramos en las mismas tiendas”, comenta Paul Lunn, director de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Estatal de Carolina del Norte en Raleigh. “No hay ninguna diferencia en cuanto a los equipos que usamos”, agregó.
La escuela donó dos respiradores artificiales, 500 trajes protectores y 950 mascarillas a hospitales de la región.
En respuesta a un pedido del secretario de Agricultura estadounidense, Sonny Perdue, varias escuelas de veterinaria, desde Carolina del Norte hasta Colorado y Nueva York, están dando su aporte.
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Hay 30 escuelas de veterinaria en 26 estados de Estados Unidos, según la Asociación Nacional de Escuelas de Veterinaria. De ellas, 27 tienen hospitales de entrenamiento donde se atienden a perros, gatos e incluso caballos. Lunn indicó que las escuelas elaboraron una lista de más de 70 respiradores artificiales que pueden ser donados para tratar a personas.
Ya en 2009 ocurrió una situación similar con el brote de la influenza H1N1.
“No es la primera vez que nos preparamos para algo así, pero en mi experiencia personal, es la primera vez que le echamos manos a la obra', expresó Lunn.
Las instituciones privadas también están acudiendo al llamado.
La doctora Virginia Sinnott-Stutzman, directora del departamento de enfermedades infecciosas en el Centro Veterinario Angell de Boston, informó que miembros de la Asociación de Veterinarios de Emergencia han preparado 100 respiradores artificiales que pueden transferirse a clínicas para seres humanos.
Añadió que también hay otros respiradores artificiales especiales para suministrar dosis de anestesia, aunque son pocos si se les compara con las decenas de miles que se necesitan tan solo en Nueva York.
“Si bien parece poco, si se trata de su abuela o tu cónyuge, quizás podemos salvarle la vida”, declaró Sinnott-Stutzman.
La Facultad de Veterinaria de la Universidad Estatal de Colorado envió al Hospital Poudre Valley, en Fort Collins, un respirador “nuevo, recién sacado de la caja”, reveló el profesor Tim Hackett. “Nosotros ni siquiera llegamos a usarlo”, agregó.
Los expertos enfatizan que no hay evidencia alguna de que una mascota puede contraer el nuevo coronavirus.
En la mayoría de la gente, el virus provoca síntomas leves o moderados que desaparecen en dos a tres semanas. En algunas personas, sobre todos los adultos mayores y las que padecen trastornos de salud subyacentes, puede provocar enfermedades más graves, como la neumonía, e incluso la muerte. La mayoría de la gente se recupera.
El coronavirus ha infectado a más de 454,000 personas y causado más de 20,500 muertes, de acuerdo con los datos más recientes recopilados por la Universidad Johns Hopkins.