Brasil tiene actualmente 6 millones de dosis de la vacuna de Sinovac (CoronaVac) para aplicarla en los próximos días y aguarda otras 2 millones de dosis de la vacuna hecha por AstraZeneca con la Universidad de Oxford.
El sábado por la noche, la agencia de salud Anvisa rechazó la solicitud de la empresa brasileña União Química de aplicar la vacuna rusa Sputnik V. Anvisa afirmó que tomó la decisión porque el remedio no cumplía con las condiciones mínimas para iniciar un análisis.
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La campaña de vacunación en Brasil se da después de las de vecinos como Argentina y Chile, pese a un robusto sistema médico público y décadas de experiencia con campañas de inmunización.
El proceso para la presentación y la aprobación de la vacuna de covid-19 estuvo preñado de conflictos y aliados del presidente Jair Bolsonaro trataron de esparcir dudas sobre la inyección Sinovac que estaba respaldada por su rival, el gobernador del estado de Sao Paulo João Doria.
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“La rivalidad entre Brasilia y los gobiernos estatales impidió la cooperación plena”, denunció Maurício Santoro, profesor de ciencias políticas de la Universidad Estatal de Rio de Janeiro.
“El gobernador perdió el liderazgo, pero obligó a Bolsonaro a actuar rápidamente para asegurar el inicio de la vacunación”, agregó.
