Tegucigalpa

Recuperamos las ilusiones en Las Pilas

Moderno trineo de Santa, un doble cabina, realizó además una estación histórica en la aldea La Laguna y la llenó de sonrisas y sorpresas.

FOTOGALERÍA
25.12.2013

Llenos de ansiedad y un tanto desesperados, así encontró Santa a unos 200 niños de las aldeas La Laguna y Las Pilas, ubicadas al nororiente de la capital.

Y no era para menos. Era la primera vez que un vehículo extraño cargado de cajas y empaques de colores los visitaba.

Apenas pasaron unos minutos desde el arribo y se expandió como pólvora la noticia de que el trineo de Santa y Soli-Diario a través de su campaña “Regales un juguete en Navidad” harían una histórica estación en las humildes comunidades.

El recibimiento fue sorprendente. Al ver el vehículo ingresar a su comunidad, los pequeños salieron en veloz carrera a recibirlo llenos de curiosidad.

La cajuela del automóvil estaba llena de juguetes, dulces y varios pares de zapatos. La impactante observación causó un estallido de felicidad en ellos.

¡Mami!, ¡mami!, ¡mirá!, gritó con sorpresa el pequeño Jean Carlos Matamoros, de cinco años. Luego de un profundo respiro, y un tanto absorto al ver tantos regalos, se dirigió hacia los emisarios de Santa, alzó la mirada y preguntó: “¿Y para recibir un regalo no se ocupa pisto?”.

La respuesta que los obsequios eran gratis y que había uno para cada pequeño generó risas, carreras y un sonoro, ¡háblenle a todos los cipotes!...

“Mirá, loco, qué pinta ese carro, y dicen que nos van a dar uno a todos”, repetían los chicos, quienes emulaban un pequeño enjambre de abejas que custodiaba el doble cabina que en ese momento albergaba sus más preciados tesoros y deseos navideños.

Luego de unos minutos, ellos mismos se encargaron de bajar los presentes y ordenarlos en una mesa.

La entrega

La ansiedad de los pequeños no le dio mucho espacio a los emisarios de Santa para hacer mucho protocolo previo a la entrega.

Fue apenas en un breve espacio de identificación y juegos con las Caritas Felices de Soli-Diario que se procedió a organizar los presentes enviados por las empresas amigas de diario EL HERALDO.

Tal y como lo había ordenado el viejecito de la enorme barba blanca, uno a uno como fieles soldados los pequeños recibieron sus regalos.

Cabe mencionar que el hecho de romper los empaques, y abrir las bolsas que contenían los dulces fue una experiencia única para los niños.

En rueda o reunidos en pequeños grupos, todos se preguntaban qué les había salido dentro de los paquetes.

Singular sorpresa se llevaron en la entrega Justin Urbina (12), Maynor Elvir (13) y Rubén Nuñez (14), cuyos curtidos y maltratados pies descalzos recibieron un cómodo par de zapatos nuevos.

Nora Raudales, una madre soltera, agradeció a las empresas que hicieron posible la entrega. “Mire, aquí nunca había venido una empresa a dejarles un regalo a nuestros niños y se los agradecemos”, expresó con emoción.

Y fue así como logramos dibujar sonrisas y cumplir más de 200 sueños navideños a los niños de estas empobrecidas aldeas.

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