NUEVO LEÓN, MÉXICO.- José Abelardo Valdez Aguilar es un ingeniero que, con esfuerzo y dedicación, ha logrado destacarse profesionalmente en México.
Originario de Catacamas, Olancho, este compatriota representa el talento hondureño en uno de los proyectos más emblemáticos de Nuevo León, Monterrey, donde deja su huella. La obra de gran magnitud proyecta convertirse en la presa de almacenamiento de agua con la cortina más grande de América Latina.
El máster en ingeniería, especializado en materiales de construcción, es el jefe de Departamento de Calidad de Concreto Convencional del impresionante proyecto en el país azteca y conversó con EL HERALDO sobre la obra y el papel que está desempeñando en esta monumental presa.
De Catacamas a Nuevo León: camino a la excelencia
Nacido el 30 de diciembre de 1991 en Catacamas, Olancho, José Abelardo Valdez Aguilar comenzó su carrera como ingeniero civil tras graduarse de la Universidad Católica de Honduras, campus Juticalpa. A pesar de no contemplar inicialmente una especialización en el extranjero, en sus últimos trimestres de la carrera comenzó a interesarse en ampliar sus conocimientos fuera de las fronteras hondureñas.
En 2016, su oportunidad llegó mediante una beca de excelencia de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID), que le permitió ingresar a la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) para realizar una maestría en materiales de construcción. Este fue el inicio de su camino hacia la consolidación de su carrera en el extranjero. “Fui el primer extranjero en egresar el programa de doctorado en materiales de la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad Autónoma de Nuevo León”, apuntó.
México, un desafío personal y profesional
Los primeros dos años en México no fueron fáciles. Estar lejos de la familia, en un entorno completamente nuevo, fue uno de los mayores retos que enfrentó Valdez Aguilar. Sin embargo, con el apoyo de nuevas amistades y la motivación de hacer sentir orgullosos a sus seres queridos, logró superar los obstáculos iniciales. “Lo más difícil es estar lejos de la familia y amigos, pero siempre tuve en mente dejar en alto el nombre de mi país”, comenta.
Después de su maestría, en 2023, Valdez Aguilar culminó sus estudios con un título de doctorado en materiales de construcción, esta vez gracias a una beca del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT). Con este logro académico en su haber, su carrera en México dio un salto significativo.
Aunque al principio no se imaginaba trabajando en otro país, el tiempo y la dedicación lo llevaron a alcanzar metas que inicialmente parecían inalcanzables. “Durante mis años como estudiante, veía esto como un sueño muy lejano, pero hoy, gracias a Dios, a México y a la Universidad Autónoma de Nuevo León, soy parte de un equipo magnífico”, expresa con orgullo.
La cortina más grande de Latinoamérica
Actualmente, José Abelardo Valdez Aguilar forma parte de un equipo multidisciplinario que trabaja en la construcción de la Represa La Libertad, un ambicioso proyecto en el estado de Nuevo León, México. Como jefe del departamento de calidad del concreto convencional (CCV) de la supervisión a cargo de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), José Raúl debe velar porque se cumplan los parámetros establecidos en las especificaciones del proyecto referentes al CCV, coordinación de personal, redacción de notas informativas e informes relacionados con el tema.
Esta presa será la cortina más grande de Latinoamérica, con una capacidad para almacenar 220 millones de metros cúbicos de agua.
La Presa Libertad, ubicada en los límites de los municipios de Montemorelos y Linares en el estado de Nuevo León, es un proyecto de infraestructura clave para la gestión y aprovechamiento de los recursos hídricos de la región.
Esta obra está diseñada para utilizar las aguas provenientes de la cuenca del río San Fernando, con el objetivo de enfrentar la creciente demanda de agua en una de las zonas más pobladas del estado. El volumen proyectado de la presa es de 50 millones de metros cúbicos, lo que permitirá una gestión eficiente del recurso hídrico para abastecer a las comunidades cercanas.
La presa beneficiará directamente a 500,000 habitantes de Nuevo León, quienes dependen del suministro de agua para uso doméstico, agrícola e industrial.
“Trabajar en un proyecto de esta magnitud es una experiencia inigualable, tanto personal como profesionalmente”, dice Valdez Aguilar, quien siente que su participación en un proyecto de esta envergadura será una huella imborrable, no solo en México, sino en toda América Latina.
“Yo llegué al proyecto porque trabaje dos años en un departamento especializado en concreto y que pertenece a la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad Autónoma de Nuevo León, ahí trabajé como especialista en servicio al público y como auxiliar de investigación, en ese departamento conocí al que actualmente es mi jefe inmediato, quien me recomendó para el cargo”, amplía. Contar con el grado de doctorado en su hoja de vida y varias certificaciones internacionales en concreto, lo afianzaron para el puesto.
La presa La Libertad está programada para ser completada el 31 de diciembre de 2024 y, según los planes autorizados, el equipo ha trabajado cumpliendo metas de forma progresiva. Para Valdez Aguilar, ser parte de este proyecto representa la culminación de un sueño que una vez vio lejano cuando era estudiante en Honduras.
Una huella hondureña en México
El camino de José Abelardo Valdez Aguilar es un ejemplo del esfuerzo, la dedicación y el impacto que los hondureños pueden tener más allá de las fronteras patrias. Con cada paso en su carrera, Valdez Aguilar no solo representa el talento del país en México, sino que también abre puertas para futuros profesionales hondureños que buscan destacarse en el extranjero.
“Deseo que cualquier compatriota tenga la oportunidad de vivir algo similar”, reflexiona Valdez Aguilar. Uno de esos casos, es el de José Raúl Zapata Padilla, también originario de Catacamas, Olancho, y quien está por terminar su doctorado con la misma beca que le abrió las puertas a nuestro entrevistado.
Con historias como la de José Abelardo Valdez Aguilar, queda claro que los hondureños pueden dejar una marca significativa en cualquier parte del mundo, siempre con la mirada puesta en el futuro y el corazón en su tierra natal.