Tegucigalpa, Honduras.- Miles de hondureños alzarán su voz con fe en una vigilia cargada de simbolismo y urgencia, para enviar un mensaje claro sobre el Estatus de Protección Temporal (TPS): no puede desaparecer y dejar duras consecuencias para más de 55 mil vidas.
Convocada por la Fundación 15 de Septiembre, la actividad se realizará este lunes 2 de junio, de 7:00 a 9:00 de la noche, en el Típico Centroamericano Café (1680 NW 36 ST, Miami, FL 33142).
El evento busca reunir a beneficiarios del TPS, sus familias y ciudadanos hondureño-estadounidenses para firmar una petición que será entregada a congresistas, en un último intento por frenar la cancelación del programa.
“El mes de junio es crucial para saber el futuro de miles de familias. Estamos a poco más de 30 días de que el TPS finalice, el próximo 5 de julio. Por eso, esta vigilia no es solo simbólica, es estratégica. Queremos recolectar firmas, unir voces y tocar puertas en el Congreso”, expresó Juan Flores, presidente de la Fundación 15 de Septiembre.
El TPS, otorgado a ciudadanos de países que enfrentan conflictos armados, desastres naturales u otras condiciones extraordinarias, ha sido una tabla de salvación para miles de hondureños desde el huracán Mitch en 1998.
Hoy, su posible cancelación representa un abismo para quienes han vivido décadas construyendo una vida en EE. UU., con hijos, casas, trabajos y raíces en tierra ajena.
Flores recalcó que la vigilia también busca movilizar a los más de 30 mil hondureños que, además de tener vínculos con beneficiarios del TPS, son ciudadanos estadounidenses y tienen derecho al voto.
“Necesitamos que firmen, que hablen, que pidan a los congresistas su respaldo. Es momento de unidad, porque el gobierno de Honduras no está presente. No tenemos embajador. Estamos solos”, lamentó Flores.
Además de la vigilia, el activismo no se detiene. Para esta misma semana, miembros de la Fundación se desplazarán a Washington D. C. para continuar con labores de cabildeo entre el miércoles y el viernes.
El objetivo es sensibilizar a legisladores como María Elvira Salazar, Carlos Giménez y Mario Díaz-Balart sobre el impacto humano y económico que tendría la cancelación del TPS.
Desde el año pasado, las organizaciones pro-migrantes han sostenido reuniones, entregado cartas, realizado protestas pacíficas y foros comunitarios en varias ciudades de Estados Unidos, buscando que el gobierno extienda nuevamente el beneficio migratorio.
“Nos toca hacer el trabajo que el gobierno de nuestro país no ha hecho. Esta lucha es por nuestras familias, por nuestros hijos nacidos aquí, por nuestra comunidad. El TPS no es un regalo, es una necesidad que garantiza estabilidad”, afirmó Flores.
La vigilia de este lunes representa más que una súplica colectiva: es un acto de resistencia pacífica ante la incertidumbre. En cada vela encendida habrá una historia de lucha, una esperanza viva y una nación entera que, desde lejos, no deja de soñar con un futuro sin miedo a la deportación.