Un inmigrante hondureño fue condenado esta semana a cumplir cadena perpetua en una cárcel de Estados Unidos por el asesinato de dos de sus hijos y lesiones al tercero.
Elvis Noe García Nelasco, de 25 años, se declaró culpable de los hechos y no podrá optar a libertad condicional hasta después de cumplir una pena de 30 años en prisión, según la decisión del juez de la Corte Superior
Melodie Snell Conner que conoció el caso.
Los hechos que se le imputan al hondureño sucedieron el 9 de febrero de 2011, pero esta semana le fue impuesta la condena a cadena perpetua, que comenzó a cumplir desde el miércoles.
El asesinato de los pequeños conmocionó, incluso, a los detectives más experimentados del condado de Gwinnett, en Georgia.
El doble asesinato de los niños de 1 y 3 años y el ataque contra el tercero, hermano gemelo de 3 años, ocurrió en el sótano de una casa en la ciudad de Lawrenceville, donde fueron hallados posteriormente los cuerpos sin vida.
Después del crimen, el hondureño se hirió a sí mismo en el pecho y llamó al 911 para inculpar a Antonio Cárdenas Rico, el novio de su expareja. La madre de los niños no se encontraba en la casa cuando ocurrió el ataque.
La Policía detuvo a Cárdenas Rico, quien fue acusado del doble asesinato.
No obstante, las contradicciones en las que entró el hondureño en su declaración descubrieron la farsa y un par de días después la Policía le impuso los cargos y liberó a Cárdenas Rico.
García Nolasco se ganaba la vida reparando techos cuando cometió los crímenes. Si alguna vez sale en libertad será deportado a Honduras, ya que su situación migratoria en Estados Unidos es irregular.
Durante el juicio, pidió a tres hermanas que estaban presentes cuidar de su hijo sobreviviente y que le dijeran a su madre en Honduras que la amaba. Luego, dijo en español que: 'Voy a estar bien'.