Tegucigalpa, Honduras
La noche del pasado martes 3 de junio, José Francisco García (46) recibió la llamada de un compañero motorista en la que le pedía que le cubriera el puesto al mando de la unidad 830 de la ruta El Carrizal-UNAH-La Sosa, él acepto sin imaginar que lo que le esperaba era una verdadera pesadilla.
A las 5:00 de la mañana del miércoles 4 de junio, García salió de su casa en un sector de Comayagüela, no sin antes despedirse de su esposa y sus dos hijos.
García, a pesar de haberse retirado hace varios años de trabajar como conductor de autobuses, retomó el volante del bus ejecutivo y tres horas después vivía el peor momento de su vida: presuntos mareros tomaban por asalto el autobús, lo rociaban de combustible y le prendían fuego dejándolo a él en su interior.
Hoy, García lucha y se aferra a la vida debido a las graves quemaduras que sufrió en el ataque.
Gravedad
Luis González es médico cirujano del Hospital Escuela Universitario (HEU) y declaró que el mismo día del ataque el infortunado hombre fue sometido a una cirugía de emergencia ya que en el 30 por ciento de su cuerpo sufrió quemaduras de segundo y tercer grado.
El galeno explicó que se debe esperar unos días para conocer la gravedad de las quemaduras internas provocadas por la inhalación de flamas y humo.
En este caso dijo que es imposible “calcular el porcentaje de quemaduras internas”.
González explicó que García presentó un cuadro de gravedad en el cual estuvo a punto de que se le amputaran ambos brazos, pero debido a la rápida intervención se le pudieron salvar.
“Sin embargo, está quemado por toda su cabeza, el cuero cabelludo y está con una traqueotomía, es un tubo que se le coloca en la garganta, a nivel de la laringe para poder respirar y poder llevar aire a sus pulmones. Podemos decir que está estable ahorita, pero lo que no podemos es cuantificar la función pulmonar porque es algo que se da de manera súbita”, detalló el galeno.
Lo llamaron
Un pariente de García, quien prefirió guardar el anonimato por razones de seguridad, dijo que él hace años se retiró de trabajar como motorista del transporte público, por lo que ahora se dedicaba a la pintura y otros oficios, pero al recibir el llamado de su amigo, decidió hacerle el favor de cubrirle el día.
El pariente descartó que el ataque haya sido por razones personales ya que “no tiene problemas con nadie, él se dedica a su trabajo y a su familia”.
“Le pido al gobierno que nos ayude con esta situación, él está muy mal, está grave”, afirmó.
Los parientes de García han permanecido día y noche en el Hospital Escuela a la espera de que muestre mejorías en su estado de salud. Según los médicos, será dentro de 5 a 7 días en que se sabrá su evolución, ya que si los pulmones resultaron muy dañados la complicación será mayor.
Que nos protejan
Por otra parte, uno de los conductores de rapiditos, que pidió mantener bajo reserva su nombre, pidió al gobierno “que se ponga las pilas a colocar seguridad en las unidades, pero que no sea solo un rato, que pongan seguridad porque nosotros somos inocentes, no somos dueños de unidades, somos trabajadores”.
El motorista sostuvo que por el hecho de trabajar en el sector del transporte “injustamente nos asaltan y proceden con uno y uno anda manejando nada más, uno es un simple motorista”.
“El presidente que se ponga pilas con nosotros porque nosotros también somos humanos”, reclamó.
Otro de los transportistas condenó el ataque de los antisociales en contra de Francisco García, ya que “él no trabajaba de esto, solo andaba haciendo el día, da pesar porque él tiene familia y por llevarles el alimento le pasó esto”.
El conductor aseguró que ellos pagan el impuesto de guerra, los conductores no tenemos problemas, “muchas veces los de los problemas son los dueños de los buses, que se niegan a pagar la extorsión y uno de motorista es quien las paga”.
Por su parte, las autoridades policiales informaron que, según las investigaciones preliminares, el ataque estaría relacionado al cobro de las extorsiones. También investigan la presunta participación de pandilleros procedentes de El Salvador, lo cual será confirmado o descartado en el proceso investigativo.
