Tegucigalpa, Honduras.- A un año exacto del voraz incendio que redujo a cenizas el hospital de Roatán, la isla hondureña sigue sin un centro hospitalario funcional.
El gobierno prometió un centro asistencial híbrido como solución temporal, ubicado en la zona de Loma Linda; y otro de especialidades, más ambicioso, edificado sobre una estructura ya avanzada.
Sin embargo, ambos permanecen inconclusos. Las obras están en proceso, pero los plazos se extendieron y las explicaciones oficiales apuntan a trabas bancarias, falta de garantías financieras y retrasos administrativos.
Mientras tanto, la población de Islas de la Bahía sobrevive entre centros de salud comunitarios reforzados, atención limitada en hospitales móviles y un convenio temporal con una clínica privada.
La presidenta Xiomara Castro, el 15 de febrero pasado, visitó el predio donde se construye el Hospital Regional de Especialidades de Roatán, este sigue un avance claro y una supervisión absoluta.
“Continuaré supervisando sin quitar el dedo del renglón hasta cumplirle al pueblo hondureño. No me cabe duda de que esta megaobra, un sueño que comenzó en el gobierno del presidente Zelaya, se hará realidad", aseveró la titular del Poder Ejecutivo.

Días después, el ministro de la Secretaría de Infraestructura y Transporte (SIT), Octavio Pineda, respaldó el proyecto y advirtió sobre posibles críticas futuras: “Yo soy responsable de cuatro hospitales. En el caso del de Roatán junto con los de Santa Bárbara, Ocotepeque y Salamá, serán entregados durante la actual administración".
Pineda reforzó su idea y afirmó que los centros asistenciales "ya están diseñados y en etapa de construcción y supervisión para ser entregados en el tercer y cuarto trimestre de este año”.
La noche que colapsó el hospital
A medianoche del viernes 19 de abril de 2024, un incendio se desató en la parte trasera del viejo hospital público, ubicado en el barrio El Centro de Coxen Hole.

Las llamas se expandieron durante más de cuatro horas, consumiendo completamente el inmueble.
Fue una tragedia que destruyó 32 años de historia y de servicio que quedaron reducidos a cenizas. La estructura, construida por etapas y con el esfuerzo de la comunidad y autoridades locales, no resistió.
La hipótesis más sólida apuntó a un cortocircuito, según declaró la ministra de Salud, Carla Paredes, quien llegó al sitio la mañana del sábado 20 de abril.
En respuesta inmediata, la Secretaría de Salud (Sesal) activó un plan de contingencia. El mismo sábado, llegaron 30 toneladas de medicamentos e insumos médicos transportados en una embarcación de la Fuerza Naval.
Tres hospitales móviles fueron instalados: uno de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) y dos de la Cruz Roja.
El Comité de Emergencia Municipal (Codem) también se activó, junto a un comité técnico de vigilancia epidemiológica, ante el riesgo de brotes por la falta de atención médica.
Para garantizar la atención mínima, se firmó un acuerdo con el hospital privado Wood Medical Center, que permitió atender gratuitamente a la población.
Los centros de salud comunitarios comenzaron a operar hasta por 12 horas al día. Los pacientes en estado crítico fueron trasladados a hospitales del interior del país.
En medio de la emergencia, el alcalde de Roatán, Ron McNab, y la ministra de Salud anunciaron la construcción de dos nuevos hospitales.
El primero sería un hospital híbrido, ubicado en Loma Linda, donado temporalmente por la Alcaldía. Según las declaraciones del ministro de la SIT, Octavio Pineda, este hospital estaría listo en un lapso de 12 a 18 meses.
El segundo hospital, más ambicioso, sería el Hospital Regional de Especialidades de Roatán. Este proyecto ya contaba con un avance físico al momento del incendio y solo requería equipamiento y logística.
Sin embargo, a pesar de estar "pintado y avanzado", según el alcalde McNab, las autoridades no aclararon si se priorizaría la culminación de esa infraestructura o si se iniciaría una completamente nueva.
La emergencia también generó acción en el Congreso Nacional. El diputado liberal por Islas de la Bahía, Reymond Cherington, presentó una moción el 23 de abril de 2024 para acelerar los procesos administrativos, exonerar de impuestos los equipos médicos y destrabar el inicio de la construcción.
La moción fue aprobada por 111 de los 128 diputados. Sin embargo, en junio, Cherington alertó que la empresa adjudicataria se había comprometido a entregar el hospital regional en 15 meses, completamente equipado. Pero para entonces, las obras no habían comenzado.
Esto sucedió por la falta de una garantía bancaria por 42.5 millones de dólares. “Sin esa garantía, no se puede firmar el contrato. Sería una ilegalidad administrativa”, explicó la ministra Paredes.
La garantía debe ser emitida por el banco que canaliza los fondos otorgados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La funcionaria admitió que esa traba detuvo todo el proceso. “Podríamos decir que el banco y yo estamos retrasando ese proceso”, afirmó con franqueza.
El Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) anunció una donación de 250,000 dólares para apoyar la reconstrucción.
El presidente ejecutivo del organismo, Sergio Díaz Granados, envió una carta a la presidenta Castro para expresar solidaridad con el pueblo isleño.
Pero la ayuda, aunque valiosa, representa una fracción del costo total estimado para la construcción del nuevo hospital, y tampoco aceleró el proceso.
Hoy, 19 de abril, los habitantes de Roatán siguen esperando. Ni el hospital híbrido de Loma Linda ni el hospital regional han sido concluidos.
Las condiciones de atención médica siguen siendo precarias. Las autoridades aseguran que los proyectos están en marcha, pero la isla ya ha pagado con angustia e incertidumbre la lentitud.