Tegucigalpa, Honduras.- El jefe del Estado Mayor Conjunto, Roosevelt Hernández, volvió a demostrar que la incomodidad lo descoloca.
En lugar de responder con altura a cuestionamientos legítimos de la prensa, el general eligió atacar y estigmatizar, insinuando que un periodista de Radio Cadena Voces podría estar vinculado al crimen organizado.
Una acusación temeraria que evidencia, una vez más, la intolerancia y el desprecio del alto mando militar hacia los medios de comunicación.
En esta ocasión, el periodista, cuestionó a Hernández de que no se vuelva a repetir el desastre de las elecciones primarias, en los comicios que se desarrollarán en noviembre, recordándole que las maletas electorales llegaron durante la noche a los centros de votación.
El jefe del Estado Mayor Conjunto, respondió que fue el crimen organizado el que causó todo el problema, pero sin argumentar cómo o mostrar pruebas.
El Colegio de Periodistas de Honduras (CPH) reaccionó con firmeza y dureza ante lo que calificó como un nuevo “tapazo” del militar, señalando que cada vez que no le gustan las preguntas, Hernández recurre a la ofensa, la arrogancia y la soberbia.
En su comunicado, el gremio recordó que el uniforme verde olivo no es escudo para escapar de la rendición de cuentas, aunque el general pretenda usarlo como barrera frente a la crítica.
“En nuestro país la historia de Gabo cambiaría así: El general no tiene quien le escriba y su protagonista sería el actual jefe del Estado Mayor, Rossevelt Hernández, quien con frecuencia de forma impulsiva, ofensiva, grosera, soberbia y mal educada utiliza palabras contra la prensa hondureña”, señala el CPH, haciendo alusión a la célebre obra de Gabriel García Márquez.
Este episodio reciente tuvo lugar este 15 de septiembre, en las afueras del Estadio Nacional, cuando el general fue consultado sobre irregularidades en procesos electorales pasados.
Incómodo con la pregunta, lanzó la insinuación de que el periodista que lo entrevistaba podría ser parte del crimen organizado, generando indignación en el gremio y dejando en evidencia la falta de filtros en sus declaraciones públicas.
El CPH manifestó su solidaridad con el comunicador José Adán López, víctima directa de las palabras de Hernández, y lo motivó a seguir ejerciendo con firmeza la labor periodística “de forma digna y con compromiso hacia la ciudadanía”, pese a los constantes ataques del máximo jefe militar.
Desde hace meses, el comportamiento de Hernández frente a la prensa es consistente: evita entrevistas donde pueda ser increpado, solo permite de tres a cinco preguntas, huye de cuestionamientos críticos y se refugia en medios institucionales que solo reproducen los "logros" a su figura.
No tolera las preguntas duras y mucho menos las investigaciones que incomodan a las Fuerzas Armadas.
En lugar de consolidarse como un jefe militar de respeto y apertura, Hernández quedará recordado como un funcionario que nunca soportó ser cuestionado y que prefirió la confrontación antes que la transparencia.
Impunidad
Los ataques del jefe del Estado Mayor Conjunto, general Roosevelt Hernández, contra la prensa hondureña no solo se han vuelto sistemáticos, sino que además escalan en gravedad bajo un manto de impunidad que pone en riesgo la libertad de expresión, la libertad de prensa y la seguridad de los periodistas.
Así lo denunció Dina Meza, directora de la Asociación por la Democracia y los Derechos Humanos de Honduras (Asopodehu), quien advirtió que el comportamiento del jefe castrense representa “reiterados abusos contra la prensa”, constituyendo violaciones a derechos fundamentales que deben investigarse penalmente.
“El general Hernández estigmatiza, amenaza y pone en riesgo a periodistas. Decirle a un comunicador que es parte del crimen organizado es una situación bastante delicada, que violenta su honra, lo estigmatiza por su labor periodística y, además, podría configurar un delito penal”, señaló Meza.
La defensora recordó que el patrón de ataques de Hernández no es nuevo: desde que interpuso una querella contra 12 medios de comunicación, ha mantenido una conducta hostil hacia los periodistas, intensificando cada vez más sus ofensas y descalificaciones en escenarios públicos.
“Cada vez sus acciones van escalando más y eso pone en mayor riesgo a los periodistas, pero también a la libertad de prensa”, apuntó.
Meza fue contundente al responsabilizar al Ministerio Público y, en particular, a la Fiscalía de Protección, por permitir que estas acciones queden en la impunidad.
“Eso debió investigarse de oficio, pero la fiscalía ha sido omisa. Con su inacción está violentando sus propios deberes como institución”, denunció.
Además, señaló que el Mecanismo Nacional de Protección también incumple la ley, pues no ha activado medidas de protección hacia los periodistas amenazados, pese a que el marco legal lo obliga a actuar incluso de oficio cuando se conocen riesgos por información pública.
“Aquí no está funcionando la institucionalidad, pero sí está funcionando para proteger a una persona que delinque contra la libertad de prensa y expresión”, subrayó.
Ante la falta de respuesta estatal, Asopodehu anunció que llevará el caso a instancias internacionales.
“El general Hernández es sordo, ciego y mudo porque no le conviene escuchar nada. Como en Honduras no hay nada que buscar, vamos a hacer acciones internacionales. El Estado protege a este tipo de funcionarios y deja indefensa a la prensa”, adelantó Meza.
La reiterada conducta del jefe castrense, sumada al silencio institucional, configura un grave precedente para el ejercicio periodístico en Honduras, donde el uniforme verde olivo parece servir como escudo para atacar, estigmatizar y desacreditar a la prensa crítica, mientras el Estado se cruza de brazos.