El gobierno de Honduras se llamó ayer al silencio en relación a los acontecimientos suscitados en Paraguay, que desencadenaron en la separación del presidente de esa nación, Fernando Lugo.
A diferencia de la mayoría de países del continente, el poder Ejecutivo hondureño no se pronunció sobre el juicio político al que fue objeto el ahora expresidente paraguayo sometido a un proceso de destitución por parte del Congreso por el mal desempeño de sus funciones.
Una fuentes de total crédito de Casa Presidencial informó a EL HERALDO que el presidente Porfirio Lobo “analiza detenidamente el curso de los acontecimientos” ocurridos en Paraguay previo a emitir una posición oficial sobre la salida de Lugo del poder.
Tampoco la secretaría de Relaciones Exteriores, que encabeza Arturo Corrales, emitió opinión alguna sobre la separación de la Presidencia del gobernante paraguayo, Fernando Lugo.
Separación
El mandatario fue destituido por el Senado la tarde de ayer tras un juicio político sumarísimo, acusado por la cámara de diputados de “mal desempeño de sus funciones”.
En total 39 de los 43 senadores presentes entendieron que el mandatario es culpable de las acusaciones y quedó automáticamente destituido, ya que alcanzaron los dos tercios (30 de 45 sin importar las ausencias) que exige la Constitución del país.
Cuatro senadores apoyaron la absolución del mandatario al criticar el expeditivo juicio político como un atentado a la democracia paraguaya.
Fernando Lugo acató la decisión del Congreso, pero calificó esa medida de herida profunda a la democracia paraguaya, en un discurso tras su destitución.
“Me someto a la decisión del Congreso”, dijo Lugo en sus primeras declaraciones tras la destitución, aunque “es la historia paraguaya, su democracia, la que han sido heridas profundamente”.
Consultada sobre el particular, previo a la destitución, la ministra de la Presidencia, María Antonieta Guillén, manifestó que cada país tiene sus problemas internos y mencionó que no es de su potestad emitir opiniones al respecto.
“Cada país tiene sus problemas internos y creo que es cada país a su interior el que tiene ver y analizarlos dentro de su contexto en este momento creo que no me corresponde emitir ninguna opinión no tengo todos los antecedentes del caso que ha llevado a esta circunstancia”, indicó.
Guillén ejemplificó que Honduras vivió igual situación durante 2009, cuando enfrentó la necesidad de respeto a la autodeterminación de los pueblos.
“Creo en la potestad de los países y son ellos mismos y creo que en su momento nosotros también vivimos esa necesidad de respeto a la autodeterminación de los pueblos”, indicó la ministra de la Presidencia.
Nuevo presidente
El vicepresidente Federico Franco asumió ayer mismo el poder en Paraguay tras la destitución por parte del Congreso del mandatario Fernando Lugo.
Franco, de 49 años y miembro del Partido Liberal, tomó el juramento en medio de aplausos y en una sala bicameral repleta, poco más de una hora y media después que el Senado paraguayo considerara que Lugo era culpable de “mal desempeño de sus funciones” en una votación 39 a 4 con dos ausencias.
“Es el compromiso más grande y solamente será posible con la ayuda y la colaboración de cada uno de ustedes”, dijo Franco, médico y cirujano de profesión, en un discurso instantes después de jurar el cargo.