El estridente sonido impide a los transeúntes hasta hablar. Los potentes altoparlantes que compiten entre los de mayor tamaño generan una insoportable contaminación sónica en las calles comerciales de la sultana del sur.
El bullicio que arman los establecimientos comerciales genera en vez de atracción, malestar entre los clientes.
Por esta razón los vecinos de Choluteca han generado una lluvia de denuncias en contra del potente sonido que causan los negocios al momento de ofrecer sus productos en la comunidad. Las quejas han sido interpuestas en la Oficina Municipal Ambiental (UMA).
Según Enrique Pérez, vecino, él ha optado por no pasar por la zona comercial.
“Yo no soy médico, pero con solo pasar por estos lugares sé que afectan mi salud”, dijo Pérez. De acuerdo con Pérez, las autoridades de la Policía y la municipalidad deben hacer cumplir la Ley de Convivencia y Seguridad Ciudadana.
El jefe de policía Darío Mendoza dijo que se han hecho varios llamados de atención a varios negocios por el ruido
. “Hemos recibido denuncias de la zona de los mercados San Antonio y Concepción, pues en una sola cuadra hay hasta seis equipos de sonido con elevado volumen”, explicó Mendoza.
Sanciones
El jefe de policía municipal anunció que con apoyo de la UMA se enviarán notificaciones a los dueños de negocios para que regulen los niveles del sonido.
El funcionario reveló que en las últimas semanas se han incrementado las denuncias de abuso por los niveles del sonido de los altoparlantes.
La ley, según Mendoza, estipula que en primera instancia se procede a un llamado verbal, en caso de ser reincidente se realiza por escrito y en tercer lugar el decomiso de los equipos.
Daños
Carlos Enrique Guillén, especialista en el sistema auditivo, dijo que este tipo de contaminación tiene dos efectos, uno a largo plazo y el otro a corto plazo. “Cuando un persona se expone a niveles elevados de sonido le puede provocar sordera temporal y permanente en algunos casos”, dijo Guillén.
Los sonidos estridentes no solo afectan la parte auditiva, sino también la presión arterial, aumenta del pulso, disminuye el sueño y también afecta al feto de las embarazadas, explicó Guillén.
En su mayoría, la población que visita los comercios de la ciudad sureña se ve expuesta a esto todos los días, sin que valore el daño que recibe, agregó.
Las principales generadores de la contaminación acústica son aquellas relacionadas con las actividades humanas como el transporte, la construcción de edificios y obras públicas, las industrias, entre otras. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera los 70 decibeles como el límite máximo que puede soportar una persona sin que afecte su salud.