Tegucigalpa, Honduras.- A pesar de los esfuerzos por ampliar el acceso a la electricidad, Honduras sigue rezagada en comparación con los países de Centroamérica.
Con una cobertura eléctrica del 85.63%, el país registra la tasa más baja de la región y la segunda más baja de Latinoamérica. Eso significa que más de un millón de hondureños aún viven sin acceso a este servicio esencial.
De acuerdo al Índice de Cobertura Eléctrica (ICE), aproximadamente un 14.37% de la población hondureña aún no cuenta con electricidad, principalmente en comunidades rurales y zonas de difícil acceso.
De un total de 2,575,015 viviendas ocupadas en todo el país, hay 2,204,870 que cuentan con el servicio, según revela el informe de Cobertura y Acceso a la Electricidad de la Secretaría de Energía (SEN).
La zona urbana es la que mayor cobertura tiene con 94.49%, mientras la zona rural alcanza el 74.47%.
Países como Costa Rica y Panamá han alcanzado niveles cercanos al 100% de cobertura eléctrica, mientras que El Salvador, Guatemala y Nicaragua superan el 90%.
Esa brecha refleja los desafíos que enfrenta el país en materia de infraestructura y financiamiento para expandir la red eléctrica.
El informe Panorama Energético para América Latina y el Caribe, publicado por la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), establece que Honduras tiene la cobertura eléctrica más baja de Centroamérica.
Costa Rica y Nicaragua se ubican en los primeros lugares, con una cobertura de 99.42% y 99.09% respectivamente.
El Salvador se mantiene en el tercer lugar con el 97.9% de las viviendas electrificadas, seguido de Panamá que tiene 95.3%.
Guatemala es el segundo en la región Centroamericana con la cobertura más baja (89.26%).
A nivel de Latinoamérica la tasa de electrificación es de 97.4%, ocupando las últimas posiciones Haití, Honduras y Guatemala.
Mayor inversión
El acceso a la electricidad en Honduras es desigual; mientras que en áreas urbanas la cobertura supera el 94%, en comunidades rurales y aisladas la cifra es considerablemente menor.
Departamentos como Gracias a Dios, zonas montañosas de Intibucá, La Paz, Lempira, El Paraíso, Olancho, Comayagua y Santa Bárbara son los que tienen las tasas más bajas de electrificación, lo que afecta el desarrollo económico y social de sus habitantes.
“Islas de la Bahía cuenta con el mejor nivel de cobertura eléctrica, con únicamente unas 347 viviendas por electrificar, seguido muy de cerca por Cortés y un poco más abajo se encuentra Francisco Morazán”, establece el informe.
El viceministro de Energía, Tomas Rodríguez, manifestó a EL HERALDO que por más de 15 años no se invirtió en ampliar el sistema de transmisión y mejorar el de distribución.
“Eso se quedó estancado, se empezó a invertir hasta el año 2022, con este nuevo gobierno, entonces eso atrasó el índice de cobertura, así como también no se hicieron tantos proyectos de sistemas aislados para incrementar el acceso”, señaló.
El índice de acceso, que se refiere a la cantidad de clientes que reportan las diferentes distribuidoras en el país más la cantidad de viviendas electrificadas no conectadas a ninguna red de distribución, es mayor que el de cobertura; el 87.45% de las viviendas tienen acceso al servicio.
Para este año , las autoridades esperan incrementar ambos indicadores al menos 1% más, a través de mayor inversión y desarrollo de proyectos de electrificación.
“Lo que se esta haciendo ahora es invertir en el sistema de transmisión, líneas de transmisión que conectan mayor longitud, extienden el sistema de transmisión a los pueblos donde no llegaba la electricidad y también se esta mejorando, actualizando, cambiando cableado para mejorar la calidad el servicio”, indicó el viceministro.
Desde la Secretaría de Energía se esta trabajando en un programa de electrificación social con microrredes solares que no están integrados al sistema interconectado nacional; el programa pretende abarcar más de 20 comunidades retiradas de Colón, Olancho y Gracias a Dios.
El proyecto tiene un costo de 87 millones de dólares y es financiado por el Banco Mundial pretende brindar electricidad a unos 4,000 hogares de los tres departamentos.
“Vamos a poder llegar a más de 20 comunidades de esos tres departamentos para que ellos puedan gozar del derecho humano de la energía y la electricidad antes de tener que esperar que el sistema de distribución y transmisión de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (Enee) llegue a esos lugares”, dijo Rodríguez.
Virgilio Padilla, comisionado de la Comisión Reguladora de Energía Eléctrica (CREE), informó que este año se está trabajando en ampliar la cobertura en la zona rural.
Explicó que en febrero se adjudicó a un consorcio chino-hondureño para hacer la línea de transmisión de El Negrito-Yoro-Arenal, Coyoles Centra y Reguleto.
“Eso va a fortalecer la oferta de energía en el litoral atlántico, especialmente la demanda en Yoro y va a fortalecer la capacidad de generación en el área este del litoral”, dijo.
También se adjudicó la construcción de tres subestaciones; el proyecto ronda los 100 millones de dólares, resaltó.
Agregó que en la zona de oriente este mes se abrirán ofertas para construir la línea de transmisión de Zamorano-Danlí-Terrero Blanco, que vendría a mejorar y ampliar el servicio de energía.
A pesar de los esfuerzos por mejorar la cobertura, entre los factores que intervienen a que exista esa brecha actualmente es la geografía y orografía del país.
Al ser lugares montañosos y terrenos pantanosos, extender la red de transmisión y la de distribución o inclusive establecer microrredes se convierte en una inversión demasiado alta y casi imposible.
La falta de electricidad limita el acceso a servicios básicos como la educación y la salud, dificulta la conservación de alimentos y restringe oportunidades de crecimiento para pequeños negocios y emprendimientos locales, advierten expertos.
El informe encontró que de los 17,068 planteles educativos oficiales existentes, el 70.8% tiene acceso a la electricidad; mientras que de los 1,591 establecimientos de salud, el 88.43% tiene cobertura eléctrica.