Tegucigalpa, Honduras.- La Semana Santa en Honduras no es fe, descanso o vacaciones para todos.
Mientras miles de familias salen de la ciudad o asisten a actos religiosos, los trabajadores del transporte enfrentan otro tipo de urgencia: pagar el doble de extorsión a las estructuras criminales que controlan las rutas.
“Nos están pidiendo el doble de la cuota, porque dicen que en Semana Santa hay más movimiento y que ellos también tienen gastos”, denunció Wilmer Cálix, dirigente del transporte urbano.
Según Cálix, el dinero había sido pedido antes del feriado por los grupos criminales para disfrutar ellos también de este descanso del verano.
Para el 2024, el sector entregó más de 350 millones de lempiras en pagos forzados a estructuras criminales. Solo en marzo y abril, la cifra ronda los 90 millones, debido al aumento en la demanda por la temporada.
Según la dirigencia del transporte, en ciudades como Tegucigalpa y San Pedro Sula, cada unidad que sale a circular debe pagar entre 500 y 2,000 lempiras semanales, dependiendo del tipo de ruta y el grupo que controle la zona.
Para abril del año pasado, al menos 51 operarios del transporte fueron asesinados. “No hay manera de negarse. Si no se paga, se muere”, indicó un conductor que por seguridad pide que se le llame solo “Don Marco”.
Un informe de ASJ cifraba que al año producto de la extorsión los grupos criminal recogían unos 18,270 millones de lempiras.
El motorista tiene tres décadas manejando en la capital y, aunque sobrevivió a varios asaltos y dos atentados, lo que más lo asusta es el silencio de las autoridades.
“El gobierno lo sabe, la Policía lo sabe. Pero nadie hace nada", lamentó Marco.
Las formas de cobro también cambiaron. Ahora muchos pagos se hacen por transferencia digital o billeteras electrónicas, lo que permite a los criminales recibir dinero sin exponerse y sin dejar huellas fáciles de rastrear.
“Algunos hasta te dan número de cuenta bancaria. Es como si fuera una empresa formal”, comentó otro transportista.
Y mientras el crimen se profesionaliza, la respuesta del Estado sigue siendo débil.
A pesar de las más de 1,700 capturas por extorsión reportadas en el primer trimestre de 2025, solo 56 casos han llegado a juicio, según cifras del Ministerio Público.
La mayoría de los detenidos sale libre por falta de pruebas o porque los testigos tienen miedo de declarar.
Así comienza la Semana Santa para miles de transportistas hondureños: no con fe ni descanso, sino con amenazas, pagos forzados y la incertidumbre de saber si volverán a casa.