En 2002 Emin Rodríguez llegó al hogar de la Asociación Pueblo Franciscano de Muchachos y Muchachas (Apufran), desde la comunidad de Masaguare, Intibucá.
Fue aceptado en el centro junto a su madre debido a las condiciones de pobreza en que vivía.
Cinco años más tarde se convertiría en el ganador del Premio Nacional de Poesía y años más tarde en ingeniero agrónomo.
En la actualidad es el coordinador del programa agropecuario del centro que le ayudó a convertirse en un profesional universitario.
Rodríguez es tan solo uno de los estudiantes que se han formado en Apufran, institución sin fines de lucro que tiene su sede principal en la comunidad de Flores, de la Villa de San Antonio, Comayagua. La institución también está presente en los departamentos de Atlántida, Colón, Cortés, Yoro, Francisco Morazán y La Paz.
En cada uno de los centros los estudiantes son involucrados en actividades de producción de frutas y hortalizas.
A la fecha se han formado 28,000 jóvenes a nivel nacional que no tienen la posibilidad de acceso a la educación formal y técnica debido a las condiciones económicas de sus familias.
Educación
En el valle de Comayagua ofrece las opciones de estudio en bachillerato en Computación y Ciencias y Letras, ya que cuenta con un colegio, una escuela y una casa hogar para las madres y estudiantes.
Los requisitos para aceptar a los alumnos es que sean hijos de madres solteras y tengan más hermanos, en condición de extrema pobreza o huérfanos. “Las familias dan una aportación simbólica, según su capacidad económica, porque aquí le damos la alimentación, y atención médica”, dijo Manuel Cartagena, director Ejecutivo de Apufran.
Los estudiantes dedican tres horas al día para las labores agrícolas y agropecuarias. “Cuando salimos del colegio hacemos trabajo de campo, como limpiar maíz, alimentar a los pollos y aprender técnicas de cultivo, luego descansamos para después estudiar y hacer tareas”, explicó Ana Álvarez, estudiante.
Según Domicila Suárez, maestra, pese a que atienden a niños huérfanos o que no tienen a su familia cerca por estar internos, tienen un buen rendimiento académico.
“Lo que pasa es que como están internos tienen reglas que cumplir y la mayor parte de su tiempo pasan formándose”, detalló la docente.