Honduras

Detención judicial para cuatro policías

El Ministerio Público los acusó por el delito de asesinato y abuso de autoridad, guardan prisión en la granja penal de Ocotepeque. Padres de jóvenes asesinados exigen justicia.

07.04.2014

El brazo de la justicia alcanzó a cuatro policías acusados por un doble crimen, en perjuicio de dos jóvenes.

Parece reeditarse la trágica historia de los dos jóvenes universitarios, Rafael Alejandro Vargas y Carlos David Pineda, quienes el 22 de octubre del 2011 fueron asesinados por varios policías.

En esta ocasión, el domingo pasado perdieron la vida dos jóvenes César Aroldo García Villeda de 24 años y César Humberto Mejía Cartagena de 25, ambos originarios y residentes en la comunidad de Sinuapa, Ocotepeque. Ambos fueron atacados por cuatro policías que se conducían en una patrulla cuando los interceptaron. Los policías que supuestamente participaron en el doble asesinato son: Denis Alfonso Peña Duarte de 29 años de edad, soltero, originario de la aldea el Sunnete, Santa Fe, Ocotepeque.

El otro agente es Wiliam Alexander Ramírez Gonzales, de 27 años de edad, casado, originario de la aldea Azacualpa, Ocotepeque, ambos asignados a la jefatura municipal de San Marcos, Ocotepeque.

También se encuentran involucrados en el caso Juan Carlos Lorenzo Sánchez, de 27 años, originario de la aldea el Porvenir, Yamaranguila, Intibucá y Héctor Orlando Díaz Dubón, de 28 años, unión libre, originario de Santa Rosa de Copán, ambos asignados a la jefatura municipal de San Francisco del Valle, Ocotepeque.

A todos ellos el Ministerio Público (MP) los acusó por los delitos de asesinato y abuso de autoridad.

Los cuatro fueron puestos a la orden del Juzgado de Letras Penal de Ocotepeque, donde se celebró la audiencia de declaración de imputado. El juez conocedor de la causa les notificó del requerimiento fiscal que les interpuso el MP y les concedió el derecho de rendir una declaración. Enseguida les impuso la medida cautelar de detención judicial, por lo que fueron remitidos a la granja penal de la localidad.

La audiencia inicial quedó programada para el día viernes 1 de febrero; en la misma, el Ministerio Público solicitará se dicte el respectivo auto de prisión en contra de los uniformados.

Según el Código Penal, el delito de asesinato tiene una pena de 20 a 30 años de prisión y el abuso de autoridad de 3 a 6 años de cárcel.

Según los hechos, el domingo 20 de enero, a las once de la noche, específicamente en el sector El Portillo, Ocotepeque, los uniformados regresaban a San Marcos de Ocotepeque y observaron un vehículo estacionado, al que pretendieron requerir, no obstante, los ocupantes César García y César Mejía Cartagena trataron de huir y fueron tiroteados, cita un comunicado del MP

El hecho fue ocultado por las autoridades de la Policía Nacional. Seguridad se vio obligada a revelar el hecho (que se mantenía en secreto) por las presiones de sectores que amenazaron con revelar todo ante la prensa.

“Queremos justicia”

Parado frente al altar donde velaron el cuerpo de su hijo, don Salvador Mejía Leiva relató los momentos de dolor que enfrenta junto a su familia luego que policías supuestamente ultimaran a uno de sus hijos y su mejor amigo.

La consternación prevalece entre los pobladores de El Portillo, Ocotepeque, donde la mayoría de los vecinos conocen pocos detalles sobre lo ocurrido la noche del domingo. Don Salvador junto a su esposa Rosadelia Cartagena, padres de César Mejía, aseguraron que aún no logran comprender por qué razón mataron a su hijo. “Sabemos muy poco de lo que pasó esa noche. Sabemos que creen que fueron policías los que lo hicieron, al menos eso es lo que dicen en las noticias”, aseguró el progenitor, quien manifestó que son los medios de comunicación los que le han mantenido informado sobre las investigaciones en torno al doble crimen.

César Humberto y César Aroldo, ambos jóvenes dedicados a la agricultura, salieron de sus viviendas la tarde del domingo con rumbo al municipio de La Labor, ya que irían a la celebración de un cumpleaños.

“Recuerdo bien cuando vinieron los dos muchachos a decirme que iban a La Labor a dar una vuelta, que vendrían rápido del baile. Si no se hubieran entretenido allá, nada les hubiera pasado” lamentó. Familiares, amigos y conocidos coincidieron en que los dos jovencitos eran inseparables desde niños. “Comían del mismo plato, siempre estaban juntos y hace más año empezaron a trabajar la tierra de un terrenito que tengo allá abajo”, relató el padre.

Los hechos

Investigaciones preliminares establecen que los jóvenes fueron perseguidos y luego ultimados en la carretera internacional, a la altura de El Portillo, donde ambas víctimas residían junto a familiares.

Con temor, los vecinos de La Labor relataron que a eso de las 10:00 de la noche se escuchó una ráfaga de disparos en la carretera, que el vehículo tipo pick up en que se transportaban los jóvenes era perseguido por una patrulla.

“Dicen que los tiros se oyeron arriba, seguro allí fue donde mataron a César Aroldo, pero los alcanzaron cuando cayeron en los baches de la carretera. Mi hijo no se parqueó frente a la casa, sino más abajo para que no lo viéramos morir”, narró con lágrimas don Salvador. Los vecinos aseguran que luego de la persecución, Mejía Cartegena detuvo el vehículo y lo aseguró con la emergencia, mientras supuestamente la patrulla se instaló en la parte trasera. César Mejía se bajó del vehículo y preguntó a los que lo ultimaron “qué pasó?” y sin responderle le dispararon, relataron testigos. El vehículo quedó a orillas de la carretera con varios disparos y las llantas punchadas, mientras que el cadáver de César Aroldo quedó adentro, el cuerpo de Mejía Cartagena yacía en el suelo.

“Nosotros no escuchamos nada por la noche, fue en la mañana que nos avisaron y salimos a ver. Mi hijo estaba tirado afuera del carro, tenía dos disparos, uno en la sien y el otro en la espalda”, dijo entre sollozos el progenitor. Don Salvador Mejía aseguró que en el lugar habían al menos tres casquillos de bala: “dos eran de nueve milímetros y el otro era de galil. Lo puedo decir porque conozco de armas”, aseveró. “No sabemos quién fue, ni queremos acusar a nadie, solo pedimos que haya justicia, que investiguen las muertes de estos cipotes, que no sea otro caso más sin resolver como acostumbran”, relató el padre. Ellos eran buenos muchachos, trabajadores, no se metían con nadie, nuestra familia y la César Humberto pedimos que haya justicia”, concluyó.

No vamos a negar que hay incidencia delictiva: Juan Carlos Bonilla

El director de la Policía Nacional de Honduras, comisionado general Juan Carlos Bonilla Valladares, reaccionó molestó por los señalamientos de los actos criminales cometidos por miembros de la institución que dirige.

El oficial asistió la mañana de ayer a la ceremonia de instalación de la cuarta y última legislatura en el Congreso Nacional, donde fue abordado por periodistas al finalizar el evento.

“No vamos a negar que hay incidencia delictiva, pero no pueden negar que hay respuesta y vamos a seguir dando respuesta”, comentó el jefe policial.

Además de eso, pidió que “no se satanice a la institución por un hecho que se ha dado en una zona, si se dio, no quiere decir que todos lo están haciendo”, enfatizó.

El general director, al referirse a los policías acusados de cometer el doble asesinato la medianoche del domingo anterior, dijo que fueron remitidos en tiempo y forma al Ministerio Público y los juzgados competentes, mientras se les da tiempo a los mandos superiores para hacer audiencias y aplicar las sanciones administrativas que establece la ley.

En cuanto a la depuración al interior de la Policía Nacional, aseguró que “vamos a ser radicales porque ya lo tiene que saber cada uno de los policías, que no tengo compromisos con nadie más que con la sociedad hondureña y la institución”.

Los reporteros que lo entrevistaron continuaron con las interrogantes para Bonilla Valladares y en un momento manifestó que se le pregunta de manera dolosa sobre los actos delictivos cometidos por policías, que trascienden a la opinión pública.

“Yo tengo la responsabilidad de decir no voy a dar declaraciones y con permiso”, añadió.

“No estoy molesto, pero les hablo de manera contundente y frontal, como estoy acostumbrado a hablar”, reiteró.

Se informó que los Juzgados de lo Penal de Ocotepeque dictaron detención judicial en contra de cuatro agentes de la Policía Preventiva a quienes se les supone sospechosos del asesinato de dos personas.

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