Tegucigalpa, Honduras.-Uno de cada tres estudiantes hondureños de educación básica ha sido víctima de acoso escolar, según un estudio del Observatorio de Educación Nacional e Internacional de la Universidad Nacional Pedagógica Francisco Morazán.
Además, el 50 por ciento de los alumnos afirma sentirse insegura en el trayecto entre su casa y la escuela, un dato que refleja la magnitud de la violencia que afecta a la niñez en el país.
El informe, titulado “Educando en un contexto de violencia”, fue elaborado en 2025 con una muestra de más de 44,000 alumnos de sexto y noveno grado de los 298 municipios de Honduras, así como 2,000 docentes y directores de centros educativos públicos y privados.
Los hallazgos revelan que el 9 % de los estudiantes fue tocado o forzado a participar en actos sexuales no deseados dentro del entorno escolar. Los docentes, por su parte, reportaron un incremento de agresiones verbales y amenazas por parte de estudiantes o padres de familia.
Asimismo, el 18.2 % de los alumnos manifestó haber visto pandilleros cerca de sus centros educativos, mientras que el 12.2 % mencionó la presencia de venta de drogas en esas zonas.
La sensación de inseguridad es aún más alta: el 59 % de los estudiantes dijo sentirse inseguro al transitar hacia la escuela.
Dentro de los centros educativos, la violencia también es evidente. El 13 % de los alumnos ha recibido amenazas, el 8 % ha sufrido agresiones graves y el 3.4 % aseguró que tanto estudiantes como familiares han amenazado o atacado a docentes.
En departamentos como Olancho e Intibucá, los jóvenes que participaron en grupos focales describieron un ambiente marcado por la desconfianza y la falta de autoridad.
El informe advierte que la violencia escolar impacta directamente en el aprendizaje. Los alumnos víctimas de acoso presentan entre 12 % y 18 % menos rendimiento en lectura y matemáticas, de acuerdo con el informe.
Uno de los hallazgos más preocupantes del estudio es la percepción de los estudiantes sobre la autoridad escolar. Muchos consideran que las normas son simbólicas y que los docentes carecen de respaldo institucional.
“Las normas solo son para aparentar orden... nadie las cumple”, explicó una estudiante de 14 años en Olancho.
Este debilitamiento de la autoridad educativa genera una peligrosa consecuencia: la legitimación de la violencia como medio de respeto y control. En los grupos focales, los jóvenes expresaron que “el que puede hacerlo, lo hace”, y que incluso los profesores “tienen miedo” de intervenir.
Otro estudio, de Visión Mundial Honduras, identificó al acoso escolar como la principal causa de deserción educativa, encabezando los cinco factores de abandono escolar, junto con la intimidación y el miedo.
El temor, sumado a la inseguridad, provoca que cada vez más jóvenes abandonen sus estudios para evitar ser víctimas de agresiones.
El informe también señala que la violencia provoca desplazamientos forzados. Entre 2019 y 2024, más de 3,700 menores fueron desplazados internamente a causa de la violencia, siendo la población escolar la más afectada.
Estas situaciones interrumpen los procesos educativos y representan un riesgo constante para la integridad de los niños y adolescentes.
Análisis psicológico
El director de Psicología de la Vicerrectoría de Orientación y Asuntos Estudiantiles de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, Felipe Pineda, explicó que el incremento de la inseguridad está estrechamente vinculado con la falta de empleo, educación y acceso a la salud, factores que derivan en frustración social.
"Muchos jóvenes, ante la falta de oportunidades, terminan buscando salidas a través de la delincuencia o el consumo de drogas. La violencia, el desempleo y la pobreza son una convulsión social que hemos arrastrado por años", advirtió.
Según el informe del Observatorio, la violencia no solo impacta el entorno educativo, sino también el rendimiento académico. La Unesco advierte que la violencia "interfiere con la capacidad de aprender" y los datos nacionales confirman que los estudiantes de víctimas de agresiones obtienen calificaciones significativamente más bajas.
Además, World Vision identifica el acoso escolar una de las principales causas de abandono educativo" en Honduras.
"Vivimos en una sociedad con jóvenes emocionalmente vulnerables, víctimas de abuso, acoso escolar y drogadicción; eso se refleja también en las universidades", explicó Pineda.
Repercusiones
El psicólogo agregó que los jóvenes de 21 a 39 años son el grupo más afectado por los suicidios, ansiedad, depresión y estrés, producto del temor constante y la falta de apoyo emocional.
La situación ha repercutido incluso en la educación superior. Entre 2018 y 2023, la cobertura universitaria cayó de 17.6% a un 15% reflejando la deserción provocada por inseguridad, bajo rendimiento y falta de oportunidades económicas.
Es por ello, que es imperativo que las autoridades, la sociedad civil y el sistema educativo implementen políticas efectivas y coordinadas para combatir el acoso, garantizar ambientes escolares seguros y recuperar el papel de la educación como pilar para la convivencia y el bienestar de la niñez hondureña.