Tegucigalpa, Honduras. -Los nombres de Lesly Sarahí Cerna, Javier Efraín Bu Soto y Dessiré Flores Dubón se barajan en Casa de Presidencial para sustituir a los tres funcionarios de confianza de la presidenta Xiomara Castro que renunciaron a sus cargos para dedicarse a la campaña electoral.
Las renuncias de Rixi Moncada (Defensa), Eduardo Enrique Reina (Cancillería) y Angélica Álvarez (Derechos Humanos) se formalizaron tal como lo establece la Ley Electoral, que obliga a los aspirantes a cargos de elección popular a dejar su cargo seis meses antes de las elecciones generales, previstas para el 30 de noviembre.
Aunque aún no hay anuncios oficiales, fuentes del Ejecutivo confirmaron a EL HERALDO que será entre miércoles y jueves que la presidenta Xiomara Castro oficializará los reemplazos.
¿Quiénes son los nombres que se barajan para sustituir a Rixi y Reina?
Lesly Sarahí Cerna, abogada originaria de Catacamas, Olancho, se ha convertido en una figura estratégica dentro del círculo más estrecho del poder en Honduras.
Su cercanía con la familia presidencial y su papel como operadora política de confianza en el gabinete la posicionan hoy como posible sucesora en la Secretaría de Defensa Nacional, tras la salida de Rixi Moncada.
Desde el 1 de julio de 2024, Cerna funge como ministra de la Presidencia, un cargo que no solo le otorga el control de la coordinación del gabinete, sino también influencia directa sobre la agenda del Ejecutivo.
Su ascenso fue inmediato tras la salida de Rodolfo Pastor de María y Campos.
Formada en la Universidad Católica de Honduras (Unicah), con maestría en Derecho Empresarial (Unitec) y doctorado en Derecho Tributario por la Universidad de San Carlos de Guatemala.
Su primer nombramiento de alto perfil llegó el 27 de enero de 2022, cuando fue designada secretaria de Trabajo y Seguridad Social.
Desde esa posición promovió una narrativa oficialista centrada en el respeto a los derechos laborales, pero con poca visibilidad en reformas estructurales o acuerdos sustantivos.
En septiembre de 2023 asumió la presidencia del Consejo Económico y Social (CES), donde se propuso revitalizar el diálogo tripartito con empleadores y trabajadores, aunque el órgano ha operado más como plataforma política que como espacio de negociación activa.
Su ambición política quedó evidenciada en junio de 2023, al postularse para el cargo de fiscal general de la República. No obstante, su candidatura fue retirada por no cumplir con el requisito de edad mínima ni contar con experiencia penal, según los propios términos de la ley.
El 14 de junio de 2024, la presidenta Xiomara Castro anunció públicamente su nombramiento como ministra de la Presidencia. Desde entonces, Cerna ha ejercido como brazo ejecutor del Ejecutivo.
Ahora, su posible traslado a la Secretaría de Defensa Nacional representará una mayor concentración de poder político y operativo en una figura que responde directamente al círculo íntimo de la mandataria.
Relaciones internacionales
Javier Efraín Bu Soto ha construido una carrera diplomática de bajo perfil, pero con conexiones profundas en el poder.
Con más de 15 años viviendo en Estados Unidos, el abogado y embajador hondureño ha sabido moverse entre los pasillos de Washington gracias a su preparación académica, pero también por pertenecer a una familia con arraigo político.
A sus 42 años, Bu no es ajeno al poder. Nació en Tegucigalpa en el seno de una familia con historia en el servicio exterior: su madre fue cónsul en Galveston, Texas, y su abuelo llegó a presidir el Congreso Nacional.
Su carrera ha transitado, sin mayores sobresaltos, por espacios donde la política, el Estado y el capital privado se entrecruzan.
Hoy, su nombre suena con fuerza para ocupar la Cancillería de la República tras la salida de Eduardo Enrique Reina.
Bu formalizó su cargo como embajador ante Estados Unidos en enero de 2023, al entregar cartas credenciales al presidente Joe Biden.
Meses antes, en febrero de 2022, había sido designado como encargado de negocios en la misma sede diplomática, bajo la gestión de Libre.
Su primer acercamiento al servicio exterior se remonta a 2009, cuando fue nombrado agregado legal en la embajada en plena crisis institucional tras el golpe de Estado contra Manuel Zelaya.
Académicamente, Bu cuenta con doble maestría en Derecho y Gobierno, y Derecho Comercial Internacional por la American University, además de un doctorado en Jurisprudencia por Unitec.
Antes de su rol como embajador, trabajó en el sector privado como director gerente de Group BG, una firma vinculada a franquicias de seguros en el área metropolitana de Washington.
También tuvo breves incursiones en el sistema judicial hondureño, como asistente legal en la Corte Suprema de Justicia y el Instituto de la Propiedad, en un proyecto financiado por el Banco Mundial.
Desde su llegada a la embajada, ha enfocado su gestión en ampliar la red consular y acercarse a la diáspora hondureña.
Ha impulsado la apertura de nuevos consulados en ciudades como Pittsburgh, Phoenix y Tampa, así como la implementación de consulados móviles.
Aunque visibles, estas acciones son más logísticas que estratégicas, en un momento donde el país enfrenta desafíos clave en política migratoria, relaciones con China y equilibrio regional.
Bu también ha fungido como interlocutor en temas como la renovación del Estatus de Protección Temporal (TPS), migración, seguridad e inversión extranjera, aunque sin protagonismo notorio en negociaciones de alto nivel.
Sube un escalón
Dessiré Flores Dubón no necesita presentación en los círculos de poder en Honduras. Su nombre, más que asociado a una trayectoria institucional consolidada, ha estado ligado desde el inicio a una red familiar de influencia directa en los tres poderes del Estado.
Hija de Sonia Marlina Dubón Villeda, actual magistrada de la Corte Suprema de Justicia e integrante de la Sala de lo Constitucional, y de Enrique Flores Lanza, exsecretario de la Presidencia durante el gobierno de Manuel Zelaya y actual asesor presidencial.
Actualmente funge como subsecretaria de la Presidencia, un cargo clave en la estructura del Ejecutivo, desde el cual ha sido designada como miembro suplente del Consejo Nacional de Inversiones (CNI), ente público que, en teoría, promueve la inversión privada.
Su nombre suena con fuerza para asumir la titularidad de la Secretaría de la Presidencia, si se concreta el traslado de Lesly Sarahí Cerna a Defensa.
Pero más allá de sus cargos actuales, su ascenso ha sido marcado por su apellido. No hay en su expediente una carrera técnica o política independiente de su entorno familiar. Su figura, joven aún en la escena pública, se fortalece más por los vínculos que por una trayectoria institucional sólida.
En 2024 protagonizó un episodio que puso en entredicho su legitimidad gremial.
El 15 de mayo, en medio de una sesión rodeada de polémica, fue electa presidenta del Tribunal de Honor del Colegio de Abogados de Honduras (CAH), con el respaldo de miembros de los frentes Reivindicador, Gremialista y Patria y Justicia.
Sin embargo, su nombramiento fue impugnado por Ana Cardona Herrera, quien alegó que había sido previamente electa en marzo por mayoría de los agremiados.
La disputa interna del gremio de abogados—normalmente opaca para la opinión pública— reveló tensiones sobre el modo en que se están consolidando espacios de poder a través de decisiones cuestionadas y, en algunos casos, sin total transparencia.
Más que una figura con carrera propia, Flores Dubón representa una continuidad del proyecto político-familiar de Libre, incrustado en diferentes niveles del aparato estatal.
Desde la Corte Suprema hasta Casa Presidencial, su apellido está ligado a decisiones de alto impacto institucional.
Su papel como posible ministra de la Presidencia no es menor. Ese cargo implica coordinación directa del gabinete, enlace con el Congreso y participación clave en la definición de la agenda del Ejecutivo.