El segundo “round” entre el ministro de Educación, Marlon Escoto, y la dirigencia magisterial prevé resultados poco halagüeños para los docentes.
Las apuestas favorecen a Escoto y los líderes magisteriales yacen arrinconados en la esquina del cuadrilátero.
Escoto remitirá pronto, al diario oficial La Gaceta, los acuerdos de cancelación de otras cuatro plazas de igual número de dirigentes.
El listado lo integran Orlando Mejía, Juri Hernández y Armando Gómez, todos del Pricphma; y Bertín Alfaro, presidente del Sinprodoh.
Ellos se sumarán a Edwin Oliva, presidente del Colprosumah, que el pasado lunes (en el primer round contra Escoto) recibió como balde de agua fría la infausta noticia de la cancelación de una de sus dos plazas.
Estos cuatro dirigentes enfrentaron el mismo proceso administrativo de Oliva. Y al igual que Oliva, todos ellos libraron la misma batalla legal.
Todos fracasaron y se les negó el goce de la licencia, y al no haberse presentado a las aulas de clases a trabajar, se les cancelará la plaza.
Escoto sostuvo que este es un mensaje para la base magisterial, para que en el futuro sepan escoger con mayor cautela a sus representantes.
Al mismo tiempo calificó la decisión de la Corte de Apelaciones del Juzgado Contencioso Administrativo como un “triunfo” para el sistema educativo.
Sin embargo, Escoto lamentó que en el Colegio de Profesores de Educación Media de Honduras (Copemh) no se haya podido lograr los cambios necesarios.
Ese colegio se sometió a elecciones gremiales la semana pasada y resultó electo Eulogio Chávez.
Escoto dijo que Chávez “es lo mismo de lo peor” que tanto daño le ha causado al sistema.
El ministro de Educación afirmó que se sentará a la silla del diálogo con los maestros hasta que “hayan nuevos rostros”. De momento, la dirigencia dice que se reagrupa, aunque la realidad es que ellos cifran toda esperanza en el corto período que le queda a Escoto al frente de la Secretaría de Educación. O sea, desean con ansias un nuevo contrincante en el ring.
