Momentos de angustia y desesperación vivieron ayer, nuevamente, los pacientes renales del hospital Escuela.
Al menos 40 pacientes esperaban su tratamiento rutinario de hemodiálisis, pero al llegar al tercer piso, se encontraron con la noticia que no tenían sus insumos.
Los pacientes renales subieron al quinto piso a buscar una respuesta con la jefa de farmacia, pero esta no estaba.
Al verse en apuros, bajaron a la oficina del director del centro asistencial, Marco Molinero, para pedirle una explicación.
Los pacientes renales lo abordaron cuando este ingresaba a su oficina y prometió resolver el problema lo más pronto posible.
Riesgo mortal
Gladys Rodríguez, una jovencita de 23 años, proveniente de la ciudad de Danlí, dijo que sus vidas corrían peligro.
“Nosotros no solo somos una historia que contar, somos reales, no es posible que se nos diga que no hay insumos, es que no podemos esperar más tiempo, un par de horas para nosotros son fatales con todas estas toxinas que andamos”, dijo Rodríguez.
La muchacha mostraba su preocupación y comentaba que a lo largo de la semana se habían racionado sus tratamientos, situación que ponía en riesgo la vida de todos los pacientes.
Rodríguez explicó que “a mí me dializan los días lunes, miércoles y viernes, mis riñones no funcionan adecuadamente, mi cuerpo no excreta todas las toxinas, entonces me hacen este proceso para limpiar mi organismo, es sumamente importante, yo creo que nadie se quiere morir aquí”.
Mientras tanto, el resto de los pacientes se quejaba de dolores de cabeza, de náuseas y mareos, por estar ya al borde de un colapso por la falta de tratamiento.
Unas horas más tarde, el jefe de nefrología de adultos, llegó a la sala de terapia renal y dijo escuetamente que “en unos momentos se arregla este problema, ya me avisaron que los insumos vienen”.
Los pacientes renales resintieron la larga espera, por la falta de los kits de insumos con los que son dializados.
Estos productos que utilizan son sueros, agujas, mangueras, entre otros, con los que son conectados a una máquina que realiza la función de sus riñones, la que les limpia la sangre de las impurezas que el cuerpo ya no necesita y que no pueden expulsar a través de la orina.
Algunos pacientes renales, optaron por trasladarse a Comayagüela a Diálisis de Honduras, por considerar que sus vidas corrían peligro.
La mayoría de pacientes decidió esperar a ver si les resolvían la falta de insumos, y al cabo de unas horas los dializaron.