Honduras

4 kilómetros de angustia vivieron universitarios

Los jóvenes Carlos David Pineda y Rafael Alejandro Castellanos fueron perseguidos y atacados a tiros por miembros policiales desde Plaza Millenium hasta la colonia 15 de Septiembre.

    07.04.2014

    Cuatro kilómetros de angustia, dolor y terror vivieron los jóvenes universitarios Rafael Alejandro Vargas y Carlos David Pineda, quienes en sus últimos minutos de vida recorrieron un lúgubre trayecto.

    Era la una de la tarde, el equipo de EL HERALDO inició un recorrido por el trayecto que fue descrito por el policía José Rubén Pozo López, quien participó en el vil asesinato de los jóvenes universitarios.

    En la audiencia de declaración de imputado, Pozo relató que la persecución de los jóvenes inició luego de que dos guardias de seguridad que estaban en Plaza Millenium, solicitaran a las autoridades seguir el vehículo porque se trataba de unos ladrones.

    Desde que inició el recorrido, Rafael Alejandro Vargas condujo el automóvil en el que era acompañado por su amigo, Carlos David Pineda.

    Según la declaración de Pozo, él y los demás agentes policiales siguieron el vehículo, a la altura de Metromall el oficial Carlos Galeas y el policía Arnulfo Padilla iniciaron los disparos.

    En un intento por escapar de los disparos que amenazaban con quitarles la vida, los estudiantes se dirigieron al bulevar Económica Europea.

    Los disparos no cesaron, según el relato de Pozo, los dos universitarios a bordo de una RAV4 tomaron dirección a Las Torres y pasaron frente a las instalaciones del supermercado La Colonia.

    Sin saber que estaban a pocos minutos de enfrentarse cara a cara con la muerte, Vargas y Pineda doblaron una cuadra arriba de las instalaciones de diario La Tribuna, trayecto en el que todavía eran agredidos con armas de fuego.

    A partir de ese momento, Vargas se encontraba mortalmente herido, aún con la desesperación y el dolor que le pudieron provocar aquellas heridas intentó salvar su vida y la vida de su inseparable amigo.

    Pozo relató que en el trayecto de Las Torres, Galeas se quedó sin municiones, sin embargo, Padilla siguió con los disparos. El vehículo que conducían los estudiantes tomó dirección a la colonia 15 de Septiembre, a pesar de los intentos, los jóvenes que estaban muy mal heridos no pudieron seguir con el trayecto y estacionaron el automóvil en la calle principal de la colonia, fue ahí cuando se detuvieron los disparos.

    En este lugar, según Pozo, los jóvenes fueron bajados del vehículo y a pesar de que sus heridas eran evidentes, los policías no solicitaron auxilio médico, aunque Pozo aseguró que les consultó a sus compañeros si llamaba una ambulancia.

    El policía manifestó que Galeas bajó al conductor del vehículo (Rafael Vargas) y lo tiró a la pavimentada, mientras Padilla encañonó al compañero (Carlos Pineda) y lo tiró boca abajo.

    El imputado en la declaración no describe exactamente la cuadra en la que realizaron esta acción.

    La calle principal en la que bajaron a los jóvenes es una zona muy transitada, rodeada de casas de habitación y comercios. Y las cámaras de seguridad de la zona se encargaron de registrar la acción de los agentes de la Policía.

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