Con las colecciones de Giorgio Armani y Gianfranco Ferré cerró la Semana de la Moda de Milán, con apuestas para las grandes celebraciones en la temporada primavera-verano.
Misterio y sutileza se combinan en la nueva colección del diseñador italiano Giorgio Armani, en la que triunfan los vestidos vaporosos de tonos pastel para la próxima temporada.
Tejidos ligeros y estampados marcaron el eje de esta nueva colección del diseñador Armani.
Colores pasteles como el azul, el morado y el coral imprimieron un aire de superposiciones con diferentes largos y partes del vestido al hombro, a modo de capa, que reafirmaban la levedad que Armani quiso darle a su nueva colección.
“Mis colaboradores me insistieron en que usara tejidos rígidos que definieran las formas, y yo he hecho todo lo contrario”, afirmó el diseñador.
Las modelos, tocadas con grandes pamelas cuadradas que tapaban sus rostros, exhibieron unas tonalidades exquisitas en sus túnicas, muy lejos de los colores rotundos, azules desvaídos, fucsias claros, morados que no llegan a serlo y blancos rotos de una elegancia sublime. El diseñador italiano con esta colección quiso recuperar la importancia de los complementos.
Mientras que Gianfranco Ferré, en su nueva colección, le apostó por los vestidos monocromáticos y asimétricos. Los colores absolutos como el blanco y el negro trazaban las líneas arquitectónicas comunes en el estilo del diseñador.
Estos vestidos lisos se acompañaban con una especie de brazaletes que ofrecían a las modelos un fuerte carácter.
Gianfranco Ferré jugó por su lado en un registro totalmente opuesto, con vestidos de un solo color de aspectos geométricos.
Superposiciones y asimetrías crean volúmenes inesperados. Faldas con aberturas laterales revelaron las piernas hasta lo más alto de los muslos.
Las mangas de las camisas también estaban hendidas a lo largo de los brazos, mientras que los corpiños mostraron profundos escotes.
Los dos estilistas de la marca, Federico Piaggi y Stefano Citron, dibujaron una silueta longilínea con pantalones “talla grande” y largas túnicas provistas de anchos cinturones.
La paleta es de tonos naturales: blanco, negro, color carne. Luego de seis días de desfiles cerró la Semana de la Moda de Milán, dejando atrás una excelente impresión entre los críticos de moda que, como siempre, se encuentran en primera fila de estos eventos.
