Los Ángeles, Estados Unidos.- Nathan Hochman revierte la postura de su predecesor y deja el destino de Lyle y Erik en manos del gobernador Gavin Newsom.
La Fiscalía de Los Ángeles, bajo la dirección de Hochman, ha retirado su respaldo a la resentencia de Lyle y Erik Menéndez, quienes cumplen cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por el asesinato de sus padres en 1989.
Hochman argumentó que los hermanos aún representan un “riesgo irracional para la comunidad”, señalando que nunca han asumido total responsabilidad por el crimen.
Según el fiscal, tras el asesinato intentaron encubrirlo con una serie de acciones premeditadas, como la compra de armas con una identificación falsa y la creación de una coartada.
Este giro en el caso frena el impulso generado por la reciente docuserie de Netflix y nuevos testimonios sobre el presunto abuso sexual y físico que habrían sufrido a manos de su padre, José Menéndez.
En 2023, el exfiscal George Gascón abrió la posibilidad de una revisión del caso, considerando que el jurado pudo haber dictado una condena menor si hubiera conocido estos detalles.
Ahora, la última esperanza de los hermanos recae en el gobernador Gavin Newsom, quien ordenó una evaluación de riesgo para determinar si pueden ser liberados.
Durante más de tres décadas en prisión, ambos han obtenido títulos académicos y han trabajado en programas de rehabilitación para otros reclusos, lo que podría favorecer su caso.