Rústicos utensilios de cocina como cucharas y cubiertos se transforman en preciosas joyas dignas de adornar el cuello, la muñeca y las orejas de cualquier dama.
Toda esta magia brota del talento que poseen las prodigiosas manos del orfebre Rubén Murillo.
Desde muy joven, el artista se inclinó por el arte de la orfebrería, área en la cual ha logrado consolidarse como un experto en el campo artesanal y, junto a un dinámico equipo de habilidosos jóvenes, constituirse como una firma dentro del mercado.
Joyería Gekkos es el nombre bajo el cual Rubén y su staff han bautizado un conjunto de accesorios elaborados con una técnica de orfebrería que consiste en transformar los tenedores, cucharas y azafates de plata obtenidos ligeramente deteriorados por su antigüedad y el uso que se les ha dado, y con un toque de arte se convierten en pulseras, anillos, dijes y aretes.
Para fabricar todas estas piezas de joyería artesanal, Rubén utiliza piedras naturales, la gran mayoría compradas en Sudamérica en general, México, Guatemala y Honduras.
Desde hace más de diez años, sus habilidosas manos despertaron el gusto por el arte de la joyería, que inicialmente lo desarrolló con el propósito de generar sus propios ingresos y en un futuro fundar su propia empresa, por lo que para comenzar a trabajar en esta visión con el tiempo logró habilitar su propio taller.
“A través del intercambio de conocimientos, técnicas y otras novedosas prácticas de la joyería con otros artesanos, con los años aprendí muchas cosas, pero en esencia este tipo de arte es autodidacta”, afirma el artista mientras nos muestra parte de las piezas elaboradas y que aparecen en este reportaje.
Su técnica
Todos los tejidos con los que se elaboran estas piezas son hechos en hilo encerado (cera de abeja) por medio de una técnica que se conoce como tejido en macramé.
Entre la amplia gama de procedimientos que practica está la filigrana, que consiste en el doblado de metales, que en su mayoría emplea para crear sus colecciones de aretes, pulseras, anillos y también collares.
Sus joyas las fabrica generalmente en alpaca (metal), también conocida como plata alemana, la cual la adquiere en Perú ya que es la de mejor calidad a nivel mundial.
Este tipo de metal es una aleación de distintos minerales, los cuales incluye el níquel y la plata (solamente la peruana).
Entre otros metales que usa están el cobre, bronce, latón, acero quirúrgico para personas con sensibilidad a los metales. “Incorporamos la técnica de filigrana porque su empleo en la orfebrería y joyería es conocido desde la edad media”, manifiesta el experto.
Alambres, metales y monedas siempre han sido parte de su inventario de herramientas ya que a través de la aplicación de estos métodos y con la ayuda de dos compañeros en su taller se da a la tarea de buscar diversos objetos de metal con los que poco a poco moldea de forma especial cada una de sus joyas, una actividad que hoy en día es conocida como orfebrería rústica.
Para Rubén, darle el valor justo al arte que él practica no ha sido fácil ya que muchas personas desconocen la gran labor que se realiza para darle esa apariencia de fineza y exclusividad a sus piezas, sin embargo sus accesorios hoy en día le han dado vuelta al país, donde ha tenido la oportunidad de que su trabajo tenga presencia en centros comerciales y lugares turísticos.
También cuenta con su página de Facebook, donde siempre avisa con anticipación el lugar donde sus joyas permanecerán expuestas.
La gran mayoría de sus clientes o personas que demuestran interés por alguna de sus obras hacen sus pedidos vía mensaje privado y posteriormente son entregados a domicilio.
Con frecuencia y por la peculiaridad de las técnicas que emplea en su taller, sus colecciones permanecen exhibidas en sitios estratégicos y zonas altamente turísticas como Valle de Ángeles los fines de semana, especialmente los domingos.