Tegucigalpa, Honduras.- Este 1 de septiembre arrancó oficialmente la propaganda electoral en el país, a 90 días de las elecciones generales del 30 de noviembre.
Expertos consultados por EH Verifica advierten que el escenario será fértil para la desinformación, los discursos de odio y el uso deepfakes como armas políticas.
El docente de Periodismo Digital de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, Edwin Ordóñez, señaló que la manipulación digital ya afecta la libertad de decisión de los votantes.
“Las noticias falsas se han vuelto un exitoso pero peligroso ataque político, que seguramente cambiará de opinión al elector y que no tendrá la libertad de elegir porque su criterio se podría debilitar si la desinformación le gana la carrera a la noticia real”, indicó.
Las campañas políticas han venido utilizando encuestas sin credibilidad, consultoras no registradas y sondeos manipulados que saturan y confunden al electorado, como lo ha explicado EH Verifica. Además, circulan videos antiguos presentados como recientes, así como frases falsas atribuidas a candidatos.
Este ecosistema aumenta la desconfianza hacia las instituciones y fortalece las narrativas que promueven el abstencionismo.
El magistrado suplente del entonces Tribunal Supremo Electoral (TSE) entre 2009 y 2014, Denis Gómez, resaltó la delgada línea entre la propaganda y la campaña.
“Con el tema de propaganda electoral existe una línea delgada entre propaganda electoral y campaña electoral. La que está regulada en la ley para 90 días es la que inicia hoy", comentó.
"A partir de aquí, se espera escuchar propuestas, pero lo que ha existido es una enorme desinformación producto de la polarización. Eso solo acelera la confrontación y la violencia política”, afirmó.
Ventana abierta
En un país marcado por divisiones desde 2009, los expertos coinciden en que la polarización no ha disminuido y que, por el contrario, la propaganda oficial abre más espacios para ataques digitales, especialmente contra mujeres.
La ausencia de sanciones efectivas del Consejo Nacional Electoral (CNE) y de la Unidad de Financiamiento, Transparencia y Fiscalización (UFTF).
Los discursos de odio, sumados a la desinformación, generan un clima de violencia política y dañan la credibilidad del sistema democrático.
“El discurso de odio, las noticias falsas y la desinformación ya son un mal que parece sin remedio y que involucra a los principales actores políticos; con el inicio de la campaña electoral de todos los candidatos, este problema sin duda alguna crecerá”, alertó Ordóñez.
El fenómeno se intensifica con la incorporación de los deepfakes en la propaganda electoral, evidenció EH Verifica.
Estas piezas audiovisuales, creadas con inteligencia artificial, permiten poner en boca de candidatos frases que nunca dijeron o manipular imágenes y videos con fines de desprestigio.
O peor aún: imagénes de falsos hondureño promoviendo a ciertos candidatos.
La especialista en inteligencia artificial, Stephany Pineda, destacó que este tipo de fenómenos pueden convertirse en un arma decisiva en la contienda.
“Los deepfakes representan una amenaza real porque engañan con facilidad al ciudadano común. La única forma de contrarrestarlos es con educación mediática, verificaciones rápidas y la colaboración activa entre medios, academia y plataformas digitales para desmentir antes de que el daño sea irreversible”, planteó.
Para los medios de comunicación, el reto de contrarrestar estos fenómenos será mayor: “Es evidente el peligro al que nos enfrentamos y jugar un partido contra este fenómeno, para los medios, será una tarea más difícil”, concluyó Ordóñez.
En los próximos tres meses, Honduras enfrentará uno de los mayores retos democráticos de su historia reciente: mantener un electorado informado y crítico frente a un océano de desinformación que amenaza con definir los resultados en las urnas.