Canal 8 operó al servicio de la campaña electoral de Rixi Moncada
Los medios estatales hondureños ofrecieron una cobertura abrumadoramente favorable a la candidata oficialista Rixi Moncada, mientras relegaban o atacaban a sus rivales
- 29 de noviembre de 2025 a las 16:43
Tegucigalpa, Honduras.- A las 6:00 a.m., en el pequeño comedor de su casa en Cerro Grande, Carmen Vásquez, de 58 años, enciende el televisor como todas las mañanas. No lo hace por hábito, sino por necesidad: ahí se informa sobre el país que, pese a los años, sigue sintiendo que no termina de comprender. Desde hace meses, sin embargo, Carmen repite la misma frase mientras revuelve su café: “Aquí solo hablan de la misma candidata. Parece que los demás no existen.”
Durante la semana del 10 al 16 de noviembre, esa sensación dejó de ser intuición. Cada programa que Carmen consumió, desde Despierta Honduras hasta los noticieros de Refundación, repetía la misma voz, los mismos discursos y el mismo rostro: el de la candidata oficialista Rixi Moncada. A veces aparecía inaugurando algo. Otras, recibiendo aplausos. Casi nunca cuestionada.
Una mañana, recuerda, vio por primera vez en días a Salvador Nasralla, aspirante del Partido Liberal (PL). Duró menos de 20 segundos, y el mensaje era negativo. “Ahí sí aparecen rápido”, dijo. De Nasry Asfura, candidato del Partido Nacional (PN), lo vio “de pasadita”. La televisión pública, financiada con los impuestos de los hondureños, parecía haber escogido por quién debía votar.
Carmen no lo sabe aún, pero lo que observó a simple vista coincide con un hallazgo contundente: los medios del Estado no están informando, están promoviendo.
Un análisis realizado por estudiantes de la carrera de Periodismo del Centro Universitario Tecnológico (Ceutec) sobre toda la programación de Canal 8 y las publicaciones de Poder Popular, entre el 10 y el 16 de noviembre, reveló 83 menciones totales en televisión y 30 publicaciones en redes sociales dominadas por dos patrones claros: exposición abrumadoramente positiva hacia la candidata oficialista Rixi Moncada y cobertura mayoritariamente negativa hacia Nasralla, uno de los dos principales candidatos opositores. Asfura, por su parte, quedó reducido a una presencia marginal.
El hallazgo importa porque ambos medios se financian con fondos públicos. Lo que debería ser servicio informativo se ha transformado en plataforma de promoción gubernamental, alterando la equidad electoral y moldeando la percepción ciudadana a favor del partido en el poder.
Rixi: un relato positivo y omnipresente
La candidata oficialista acumuló 32 menciones en Canal 8. Pero el dato esencial no es cuántas veces apareció, sino cómo. En el análisis de tonalidad, 32 registros vinculados directamente a su figura, 28 fueron positivos, solo uno neutral y tres negativos. En otras palabras, el 87.5 % de la cobertura favoreció abiertamente su imagen.
Los espacios donde Moncada obtuvo mayor exposición fueron Foro Libertad y Poder, Noticiero Refundación Estelar y las franjas matutinas. En varias ocasiones, sus intervenciones pasaron los 7 minutos continuos, un tiempo excepcional en el género noticioso, que por norma busca brevedad y equilibrio.
Además, el análisis revela que Canal 8 dedica una cobertura abrumadoramente favorable a Moncada, con apariciones constantes en noticieros, foros, programas de opinión y transmisiones especiales, un patrón que no se replica con ningún otro candidato. Todos los espacios revisados reproducen las mismas ideas, frases y líneas argumentales, lo que evidencia una coordinación editorial centralizada.
La narrativa dominante posiciona a Moncada como “defensora de la democracia”, única garante contra el fraude y figura histórica destinada a la victoria, mientras actores públicos, funcionarios y analistas proyectan su triunfo como inevitable.
Además, el canal construye un clima emocional sostenido alrededor de la idea de una conspiración en marcha, señalando a grupos económicos, élites empresariales y autoridades electorales como responsables de un supuesto “plan perverso” para sabotear las elecciones.
En las redes oficiales de Poder Popular —medio del Estado— entre Facebook e Instagram, se registraron 27 menciones adicionales, también con predominio positivo. La narrativa digital replicó la televisiva: Moncada se presentó como rostro de logros, inauguraciones y discursos institucionales difundidos como información objetiva.
Este discurso, repetido a diario y en múltiples plataformas, convierte la contienda electoral en una “batalla moral” y desplaza la función informativa del medio estatal.
En conjunto, los hallazgos muestran que Canal 8 no solo cubre a Rixi Moncada: la promociona, operando como un altavoz del proyecto político de LIBRE y no como un medio público plural o equilibrado.
En el sitio oficial del periódico Poder Popular, la revista Libre: La nueva victoria es Rixi retrata a Moncada como heredera natural del proyecto político de Libre. La publicación recorre los hitos del partido, desde el golpe de Estado de 2009 hasta su retorno al poder en 2021, y destaca figuras como Manuel Zelaya y miembros de su familia.
Además, establece paralelismos entre la presidenta Xiomara Castro y Rixi Moncada, a quienes describe como “las mujeres más influyentes del país”, proyectando una imagen de lideresa carismática, cercana y fundamental para la continuidad del movimiento.
La segunda revista, La victoria es Rixi, se centra íntegramente en la trayectoria de Moncada, desde su labor como maestra hasta sus funciones en instituciones como la ENEE, el CNE y la Secretaría de Finanzas.
Cada etapa es presentada trata de reafirmar de su capacidad y compromiso con la agenda del partido gobernante, resaltando logros, cualidades personales y su papel convocante dentro del movimiento.
A través de su biografía, el medio refuerza una imagen política favorable y la posiciona como la figura destinada a asegurar un nuevo triunfo del proyecto refundacional.
En su edición impresa del 12 de noviembre, el periódico Poder Popular enmarca la campaña proselitista de los distintos candidatos, aunque con un notorio desequilibrio en el espacio asignado.
La candidata oficialista recibió ocho páginas dedicadas exclusivamente a destacar sus actividades en Tegucigalpa, incluir declaraciones críticas hacia sus oponentes y resaltar su autoproclamación de victoria.
En contraste, Salvador Nasralla, Nasry Asfura y Mario Rivera, quien renunció a su candidatura para unirse a Nasralla, aparecieron con una sola página cada uno, evidenciando una cobertura significativamente menor.
Nasralla, el preferido de los ataques
La situación del principal candidato opositor es radicalmente distinta. Con 45 menciones televisivas, Nasralla fue el rostro más frecuente dentro de la narrativa estatal, pero también el más afectado. De 45 registros tonales, 38 fueron negativos, 7 neutros y cero positivos.
El monitoreo revela que Canal 8 sostiene una narrativa marcadamente negativa hacia Nasralla, recurriendo a burlas sobre sus apellidos, cuestionamientos a su origen y señalamientos que lo vinculan con élites económicas y el Partido Nacional.
En los distintos programas se le presenta como “títere”, “bufón” o “empleado de los medios corporativos”, mientras sus propuestas son ridiculizadas y su liderazgo es descrito como débil o manipulado.
Paralelamente, el canal lo coloca dentro de un supuesto plan para manipular el proceso electoral, utilizando audios, encuestas y declaraciones para insinuar que forma parte de una conspiración destinada a posicionarlo como falso ganador. Se cuestionan sus viajes, alianzas y ausencias en el CNE, reforzando una imagen de oportunismo y falta de compromiso.
Además, la duración de sus menciones fue consistentemente breve: entre 3 y 25 segundos. En ningún caso se le otorgó el tiempo suficiente para equilibrar la narrativa con declaraciones propias o contexto adicional.
Asfura: atacado por el Estado
El caso de Asfura expone una estrategia distinta dentro de la cobertura estatal. Sus 13 menciones en televisión y 14 en todo el estudio lo sitúan como un candidato relegado a la sombra.
El tono que recibe es mayoritariamente negativo, al igual que Nasralla, con solo 1 mención positiva, 3 neutrales y 9 negativas (69.2% de las apariciones evaluadas). Esto sugiere que el poco tiempo que Canal 8 le dedica se utiliza principalmente para la crítica, no para construir una imagen favorable ni otorgarle espacio político.
La representación de Asfura en Canal 8 responde a una narrativa crítica que, aunque con baja frecuencia de menciones, mantiene un patrón coherente: el candidato es asociado a la oligarquía, al bipartidismo tradicional y a supuestos vínculos con corrupción, especialmente a través del caso Trans 450 y las referencias recurrentes a la consejera electoral Cossette López.
El canal cuestiona su origen familiar, insinuando falta de patriotismo, y subraya que Asfura “no es del agrado” de figuras como Ana García o Juan Orlando Hernández, reforzando la idea de fracturas internas en el sector al que lo asocian.
Además, sus apariciones suelen enmarcarse en temas de encuestas, principalmente Opinómetro y T Research, donde se le presenta como rezagado o sin crecimiento significativo.
El discurso mediático estatal también lo retrata como un candidato sin propuestas claras, atrapado en una retórica repetitiva (“la racha”) y carente de liderazgo propio, descrito incluso como “marioneta de la oligarquía”.
En conjunto, estas observaciones construyen la imagen de un actor político débil, con poca autonomía y sin capacidad para disputar realmente la contienda electoral.
Programas y propaganda
El epicentro fue Foro Libertad y Poder, con 55 piezas relacionadas con los candidatos. Le siguieron Noticiero Refundación en sus distintas ediciones. La suma de televisión y redes, 83 piezas televisivas y 30 publicaciones, convierte la semana analizada en un período de propaganda continuada, financiada con fondos estatales y difundida como información pública.
Canal 8 declara promover honestidad, transparencia y diversidad cultural, guiado por el servicio público dentro de su programación. Sin embargo, durante la semana analizada, su programación mostró a Rixi Moncada como figura central de la continuidad del “proyecto refundacional”, con amplia cobertura positiva.
Los demás candidatos tuvieron presencia mínima, y Salvador Nasralla apareció brevemente con contenido negativo. Poder Popular afirma informar con noticias veraces sobre el gobierno y el poder popular.
En las ediciones revisadas, la cobertura se centró casi exclusivamente en las actividades de Rixi Moncada, destacadas mediante portadas, revistas y material audiovisual.
Otros aspirantes recibieron un espacio limitado. Los hallazgos coinciden con lo que los ciudadanos observaron en medios estatales durante el tiempo de campaña electoral.
El abogado Jose Carlos Perdomo, vocero de la Red por Defensa de la Democracia (RDD), aclaró que “Lo primero que hay que entender es que el artículo 229 de la Ley Electoral prohíbe expresamente el uso de medios de comunicación del Estado para propaganda electoral. Ningún candidato debería beneficiarse de estos espacios, pues rompe los principios de legalidad y equidad en la competencia”.
Sobre el rol del Consejo Nacional Electoral, añadió: “Lo más preocupante es que, incluso con una denuncia admitida, lo que vimos fue un incremento en las transmisiones. Eso refleja la debilidad institucional del CNE, que carece de independencia y de capacidad real para aplicar sanciones”.
En relación con las cuentas alternas en redes sociales, advirtió: “Uno de los retos más urgentes es regular estas plataformas anónimas. Son difíciles de rastrear, pero cumplen un rol clave en la manipulación mediática y en la difusión de discursos de odio”.
El observador también señaló los riesgos del discurso político actual: “Entre partidos es común el desprestigio mutuo, pero es grave cuando esos mensajes provienen de funcionarios públicos, que deberían tener el más alto nivel de tolerancia. Hemos escuchado incluso a militares llamar sicarios de la verdad a periodistas. Eso constituye un retroceso en la libertad de expresión”.
Finalmente, planteó que las sanciones actuales son insuficientes: “Hoy solo se contemplan multas y destituciones administrativas. No se tipifican como delitos electorales. Esa falta de fuerza jurídica perpetúa la impunidad”.
Una semana después del monitoreo, Carmen sigue encendiendo el televisor antes de salir a vender tamales. La rutina no ha cambiado. Mientras se amarra el delantal, dice que ahora entiende por qué, pese a buscar distintas voces, siempre escucha la misma.
“Yo solo quiero saber qué dicen todos —comenta—. ¿Cómo va a decidir uno si solo muestran a una candidata?” La pantalla vuelve a iluminar la sala con otro acto oficial, apurando el último mensaje antes de que comience oficialmente el Silencio Electoral.
Los datos de esta investigación han confirmado que, hasta el final, el Canal 8 optó por una promoción sistemática de una candidatura (87.5% de tono positivo para Rixi Moncada) y una crítica constante a las opositoras. Carmen mira el televisor con la frustración de saber que el medio estatal eligió a quién elevar. Con la veda en vigor, ya no hay más mensajes.
Ella, como millones de hondureños, tendrá que ir a las urnas el domingo, obligada a tomar su decisión final con la información sesgada que se le ofreció y el peso del silencio, buscando en la memoria las voces que la televisión pública eligió no amplificar.
Nota: Este reportaje fue elaborado por Camila Santos, Jeshua Arias, Mia Vivas y José Villatoro como proyecto final de la clase de Periodismo de Datos de la carrera de Periodismo de Ceutec.