Proceso de depuración

9,161 efectivos han salido de la Policía en últimos 10 años

2017, con 2,684 casos, fue el que tuvo más bajas. Entre los motivos principales de las salidas está el abandono del cargo y la reestructuración. Del total de agentes que se fueron, el 87% son hombres

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Varios se dedican ahora a administrar sus negocios. Algunos solo descansan en tiempo de ocio junto a sus familias tras varios años de haber estado en servicio. Otros, en cambio, viven con la molestia de haber salido de la institución mientras subsisten de sus prestaciones.

Y el denominador común, pese a las distintas circunstancias, es que todos fueron removidos de sus cargos por decisión de la entidad o por motivos personales.

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En Honduras, desde enero de 2013 a marzo de 2022, un total de 9,161 efectivos dejaron de formar parte de la Policía Nacional, según registros de la propia institución.

La Unidad de Datos de EL HERALDO Plus, a través de la petición de información pública SOL-SSSS-1336-2022, analizó la cantidad de elementos que han quedado fuera de la Policía, los motivos de las salidas y los rangos de edad de los efectivos.

Proceso

Este equipo encontró que, de los 10 años estudiados, en 2016, con 1,988 reportes, y 2017, con 2,684, fue cuando se registraron más salidas de la Policía Nacional.

El aumento de éxodo fue por causa de la depuración policial, que inició en 2016 porque la cúpula y excúpula de esa institución estaba involucrada con los asesinatos del zar antidrogas Arístides González y del asesor en materia de seguridad Alfredo Landaverde, entre otros casos.

En 2013 se dieron de baja 661 policías, mientras que en 2014 fueron 580 uniformados, 81 menos que en el inicio del análisis.

Para 2015, antes del pico de las salidas, se contabilizaron 359, casi menos de la mitad del año anterior.

Después de 2016 y 2017, cuando se registraron las cifras más altas, en los años siguientes el comportamiento fue menor, pero mayor que al inicio del estudio.

Por ejemplo, en 2018 salieron 755 policías y en 2021 se fueron 737. En tanto, en lo que va de este año, hasta el 31 de marzo, han sido ocho las bajas.

Del total de salidas (9,161), el 87% (7,962) fueron hombres, casi siete veces más que las mujeres depuradas, que fueron 1,199 (el 13%). En cuanto a los motivos de las bajas policiales, en 2013, el principal fue el abandono del cargo.

En ese año salieron de la entidad 661 policías, de los cuales, el 59% fue por abandono del cargo, mientras que un 23% fue por retiro voluntario.

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Para 2016 sí cambiaron los motivos: la principal fue reestructuración, con el 71% (1,412) del total de ese año, que fueron 1,988.

El Congreso Nacional aprobó el 7 de abril de 2016 una ley que permitió al gobierno de Juan Orlando Hernández, en ese entonces, limpiar las filas de la policía.

La vigencia de esa ley tuvo origen porque se reveló que oficiales de alto rango ordenaron el asesinato de un zar antidrogas pagados por un jefe del narco.

Julián Arístides González, un general en retiro del Ejército y jefe de la Dirección Nacional de Lucha contra el Narcotráfico (DCLN), fue asesinado el 8 de diciembre del 2009 por desconocidos que se transportaban en motocicletas y lo acribillaron a tiros mientras viajaba en su vehículo en Tegucigalpa.

Justamente fue la Unidad Investigativa de EL HERALDO la que reveló, citando documentos de la Dirección de Inteligencia Policial, que el crimen fue planificado y ejecutado por cuatro oficiales de alto rango y otros agentes pagados por un capo del narcotráfico.

La legislación, que declaró de emergencia el proceso de depuración del cuerpo, autorizó los despidos y dejó en suspenso por un año normas que permitían a los oficiales y agentes despedidos acudir a tribunales para demandar su restitución.

Entre tanto, al año siguiente, el comportamiento de las salidas fue el mismo, con reestructuración como la principal causa, con el 55% de los registros de ese año, que fueron 2,684.

Y en los rangos de edad de los policías que ya no forman parte de la institución predominan dos rangos en los primeros años del análisis.

En 2013, salieron más los que tenían de 36 a 40 años, que fueron 209, seguido de los de 31 a 35 años, que fueron 142 policías.

Destaca que en 2014 se dieron de baja más jóvenes: 359 elementos de 21 a 25 años, que representaron el 62% del total de salidas de ese año.

2017, 2018, 2019 y 2020 tienen una característica en común: todas las salidas que se registraron en cada año fueron en policías entre los 21 a los 25 años.

De las ocho bajas que se registran en la Policía Nacional en el primer trimestre de 2022, tres, que son el mayor grupo, son de 26 a 30 años.

Expertos consideran que la depuración policial debe continuar, pero con una nueva metodología.

Necesario

En el proceso de depuración de la Policía Nacional, el Estado hondureño ha ejecutado en prestaciones o indemnizaciones, desde el 1 de septiembre de 2016 al 31 de marzo de 2022, más de 898.5 millones de lempiras.

Esa información fue obtenida a través de la solicitud de información pública SOL-SSSS-1336-2022.

Pero los cimientos de la depuración comenzaron en 2011, cuando el hijo de la exrectora de la Universidad Nacional de Honduras, Julieta Castellanos, fue asesinado a manos de agentes.

Fue hasta 2012 que inició una profunda reforma para profesionalizar la Policía y la expulsión de miles de agentes.

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De hecho, en ese mismo año, Honduras era el país más violento del mundo, por tener la tasa de homicidios más elevada.

Ahora, más de 10 años después y tras varias demandas canceladas por el Estado, unos 2,000 policías depurados podrían ser integrados al sistema en un proceso que, para expertos, sería contraproducente “porque si ya salieron fue por algo”.

Para el criminólogo Gonzalo Sánchez, la depuración en la Policía Nacional es un proceso que debe continuar, pero con nuevos métodos.

“Deberían de infiltrar agentes en las diferentes instituciones policiales para que puedan investigar desde adentro a aquellos policías corruptos que se confabulan con el crimen organizado”, planteó.

También consideró que integrar a la Policía Militar del Orden Público a la Policía Nacional debe ser un hecho toral para combatir la inseguridad en Honduras.

“Debe de ocurrir, pero ante deben de entrenarlos por unos seis meses para cambiarles el chip con el que han quedado”, estimó.

Mientras en Honduras se ejecutan las acciones, la violencia sigue cobrando vidas en el territorio, a tal punto que hasta los policías están siendo asesinados.

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