Tegucigalpa, Honduras.- Cada cuatrienio que representa el último año de gestión de un gobierno respaldado por la voluntad popular en Honduras se celebran comicios en tres niveles electivos.
Las votaciones primarias se desarrollan en marzo, pero la convocatoria se realiza seis meses antes, mientras que siete meses después se programan las elecciones generales el último domingo de noviembre de ese mismo término.
Ambos procesos democráticos que conlleva un año electoral no solo tienen un millonario costo, sino también un impacto a la economía hondureña.
Más de mil millones de lempiras se han destinado como presupuesto especial al órgano administrador y organizador (Consejo Nacional Electoral) para las elecciones desde hace una década, fondos que provienen del erario.
Sin embargo, un mayor gasto hasta incertidumbre de inversionistas ocasiona un año electoral en Honduras, sin ser la excepción el 2025, coincidieron analistas consultados por EL HERALDO.
Aunque se aprobaron 1,492 millones de lempiras para financiar los comicios primarios e internos del 9 de marzo próximo, está pendiente que otros entes como el Tribunal de Justicia Electoral (TJE) y el Registro Nacional de las Personas (RNP) dispongan de la asignación correspondiente para cumplir con sus funciones.
El crecimiento de la economía en Honduras para 2017 que fue año electoral se elevó 4.8%, una variación interanual de 0.9%.
En el 2021 cuando tuvieron lugar las últimas votaciones hubo un crecimiento económico de 12.5% cuando se proyectaba una variación entre 3.2% y 5.2% de parte del Banco Central de Honduras (BCH).
De 3.5% a 4.5% es el pronóstico para el Producto Interno Bruto (PIB) real en este año, por lo que a criterio de expertos se cumpliría con esta proyección, pero está sujeta al desempeño de las distintas actividades de la economía nacional que podrían verse afectadas por la conflictividad política.
Implicaciones
“El impacto de lo que representa para la economía nacional, los recursos que se van a destinar a un proceso electoral tienen que rondar alrededor de los mil millones de lempiras; hay que también tomar en cuenta que esto va a implicar contratación de personal temporal para que puedan apoyar las labores de conducir el proceso electoral”, mencionó a este rotativo el expresidente del Colegio Hondureño de Economistas (CHE), Luis Guifarro.
Planteó que “los impactos que se dan en cualquier sociedad en la economía en particular es que cuando hablamos de un proceso electoral tenemos la actitud de los tomadores de decisiones por el lado de los inversionistas que están retraídas, a la expectativa y en ese contexto no tenemos posibilidad de que ocurran nuevas inversiones y están esperando cuál puede ser el desenlace”.
A raíz de la posición confrontativa asumida por el gobierno de Xiomara Castro con el sector económico privado ha venido generando incertidumbre desde el 2022, señaló Guifarro.
Además, aseguró que en el caso de los comicios primarios que constituyen votaciones internas en las fuerzas políticas mayoritarias deberían de ser costeados por estas instituciones en lugar de utilizar fondos públicos.
“El impacto que tiene en la economía los años electorales lo hemos visto por décadas, ya que en estos períodos y las estadísticas lo demuestran se eleva abruptamente el gasto corriente en remuneraciones, compras y suministros, transporte y todo lo que tiene que ver con la campaña política”, consideró en una entrevista concedida a EL HERALDO la experta en materia económica y financiera, Liliana Castillo.
Enfatizó que “esto hace que recursos que deberían de destinarse a sectores que realmente tienen impacto en el crecimiento y desarrollo de los países como ser salud, educación, infraestructura no se ejecuten por falta de fondos; hay que hacer una revisión y el dinero que se necesitan para esas actividades políticas deberían de ponerlo los mismos candidatos a cargos de elección popular en lugar de abusar de fondos del presupuesto”.
Desorden
De su lado, el Foro Social de Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (Fosdeh) subrayó en una publicación que históricamente las justas democráticas en la nación han sido gestionadas en desorden presupuestario sin planificarse de manera rigurosa también responsable.
“Lo delicado de esta práctica es el impacto que tiene sobre otros sectores, ya que los recursos transferidos al Consejo Nacional Electoral podrían haberse destinado a otras prioridades. Es fundamental prever estratégicamente el desarrollo de los procesos electorales para evitar desviar recursos que podrían ser utilizados en sectores de nuestro país”, se añade.
El Fosdeh indica que en la partida 449 de los Servicios Financieros de la Administración Central (SFAC) que suma los 12,171.1 millones de lempiras se encuentra contemplado el presupuesto para las elecciones 2025.