Dramático final en La Ceiba. El Vida ganaba 2-0 en el primer tiempo y terminó empatando 3-3 ante un Marathón que pudo ganar, pero la polémica fue parte del juego. El arbitraje manchó este partido con un penal que no era y otro clarito que no decretó. En fin, este juego tuvo de todo: emoción, vértigo, buen fútbol y golazos.
El Vida no ha salvado la categoría aún con este empate y ahora tendrá otra semana más de tensión para esperar la última y definitiva jornada. Choloma es el que más celebró este resultado. Si el sábado estaba ya casi enterrado, ayer resucitó milagrosamente y tiene aún esperanzas de quedarse en Primera.
Vida se complicó solito y ojalá no lo pague el próximo sábado cuando visite a Platense. Un empate más una derrota de Choloma ante Marathón salvaría al Rojo de La Ceiba.
El Vida arrancó muy bien. Con acelerador hasta el fondo. Y si hay un jugador que ha sido importantísimo en estos últimos juegos es Shannon Welcome. Sí, ese que pocos creen en su capacidad.
Apenas a los tres minutos, Ronmel Quioto marcó de derecha en el área tras un rezago de Welcome. La ilusión y felicidad roja llegaba al estadio apoyado por su afición. A los 16 minutos, volvió a celebrar el Cocotero cuando Shannon recepciona el balón y sin dejarla caer la manda al fondo. Un 2-0 inobjetable ante un equipo Marathón desvanecido. El equipo de Carlos Martínez mostraba lo que no debe hacer un equipo grande.
Polémica y goles...
Luego de un patético primer tiempo para el Verde, vino la reacción al 64 cuando el salvadoreño Lester Blanco aprovecha un horror de Onofre y le hace un globito al portero para vencerlo. Blanco metió al equipo al partido y le puso tensión al Vida que ya celebraba su salvación desde el primer tiempo. Error grande. El cuadro local desapareció en el segundo tiempo y como dijo su técnico, “se dedicaron a pasear el balón”.
El empate a dos llegaba tras una joyita de gol de Júnior Sandoval. Un zurdazo de larga distancia. Vida no lo podía creer y se agarraba de los pelos cuando al 79 Mariano Acevedo agradecía un regalo del portero Yull Arzú y del defensa para anotar el 3-2 dándole vuelta al marcador.
Increíble el Vida cómo se dejó superar. La gloria no la querían tocar y estuvo ahí. Al 90, cuando ya todos creían que estaba dicho todo en la cancha, el central Óscar Moncada pitó un penal inexistente. Arnold Peralta marcó el 3-3.
Y dos minutos más tarde, sí hubo una falta sobre Emil de Peralta, pero Moncada dudó. Lo consultó con su línea y decidió no meterse a líos. Un 3-3 impensado, que beneficia a Marathón en su misión por entrar a la liguilla y un mal resultado para un Vida que pecó de confiado.