Honduras

Arte hondureño sellado en cuero

Las habilidosas manos de la familia Sierra transforman cualquier rígida piel en una pieza artesanal, que termina en los souvenirs de todo el país.

FOTOGALERÍA
09.02.2014

Entre el claroscuro de una tarde nublada, la luz descubre a un jovial hombre cortando cuero con desenvoltura y refugiado en un modesto negocio del centro de la capital.

De tez blanca y sonrisa permanente, Henry Sierra ha sido revelado en su faena por la claridad débil y cómplice en el local, que batalla contra el tiempo al mantener una fachada humilde.

Henry deja caer toda la fuerza de sus 35 años en la rueda de una troqueladora para imprimir un golpe seco sobre la chapa y obtener un corte limpio del cuero.

Repite este procedimiento con soltura, ánimo y precisión para fragmentar el material en cientos de pequeñas piezas de cuatro por ocho centímetros.

El emblema de “Santa Biblia” que impuso la placa, un poco de tinte anaranjado y las habilidades manuales de Henry bastan para conseguir un cotizado souvenir.

Y es que la tienda del ciudadano, llamada Artesanías Tulín, es un pequeño templo donde se practica la talabartería, el ancestral oficio de transformar el cuero en arte.

En las manos de cinco laboriosos empleados, el material curtido adquiere inmensa riqueza turística y sentido de nacionalidad.

Herencia familiar

Henry recibió a EL HERALDO mientras tintaba con una esponja las pequeñas biblias que distribuyen por varios sitios de Honduras, como artículos de recuerdos.

Aquel ritual de cortar, pegar, doblar, costurar y pintar -“domar el cuero”- lo viene practicando desde los 15 años, cuando descubrió los secretos de la talabartería como herencia de su tío.

Esa sabiduría también fue transmitida a otros miembros de su familia, donde se incluye a su primo Jaime Sierra, con quien hace 12 años fundó la tienda, relata Henry.

Jaime estaba bordando, con un silencio y una concentración casi absolutas, unas billeteras artesanales de cuero cosido mientras su hermano se enorgullecía relatando las raíces familiares del negocio.

En total, unos 20 parientes -entre tíos, hermanos, sobrinos- imprimen el sello talabartero del clan Sierra a distintos rincones turísticos del país, como Ojojona y Sabanagrande.

Creatividad

En Artesanías Tulín el cuero adquiere cualquier matiz, forma y uso, según se manifiesta en cada acabado, donde la minuciosidad y la imaginación va de la mano del proceso.

Una variedad de fajas, billeteras, monederos, carteras, llaveros, pulseras, sandalias, entre otros recuerdos y productos, se fabrican en el local.

Artesanías y souvenirs en madera, con realce de la identidad hondureña, se agregan a la oferta de su manufactura.

Y es que la humildad del recinto contrasta con el ingenio y el ímpetu de producción de los empleados, constató el lente de EL HERALDO.

No es casualidad que los primos Sierra logren distribuir sus productos en Choluteca, Comayagua, Siguatepeque, hasta llegar a los paraísos turísticos de Puerto Cortés.

La calidad de sus artículos de talabartería también ha logrado enamorar a los olanchanos y paceños, agregó el artesano del cuero.

Su talento tampoco ha quedado desapercibido en los negocios y familias de Tegucigalpa y Comayagüela.

Para mantener este ritmo de producción y distribución es necesario poseer bastante creatividad, considera Henry.

“Hay que mantener un alto nivel de competitividad con los guanacos, mucos y chapines -reveló-, ellos son la competencia fuerte”.

A lo anterior se le suma la rivalidad en el mercado local de las artesanías, recuerdos y souvenirs.

Asimismo, la renovación periódica de estilos es fundamental para posesionarse en los comercios, argumentó.

Asimismo, la tienda también está optando por migrar de un producto netamente artesanal a uno más casual, de uso popular.

Estos pilares los han tenido tan nítidos como la calidad de cuero que importan, que proviene de Siguatepeque, San Pedro Sula, El Salvador y Costa Rica.

“A pesar de la crisis, que ha cerrado grandes empresas, no hemos caído y nos mantenemos luchando en este sueño”, reflexionó el talabartero.