Honduras

Química por los vehículos clásicos

A sus 73 años, Raúl Ovidio López es un químico farmacéutico jubilado que dedica su tiempo libre a mantener en óptimas condiciones sus autos clásicos y a llevar a la realidad uno que otro invento que se le presenta en el camino.

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07.04.2014

Una vez finalizados sus estudios a nivel de bachillerato, Raúl Ovidio López decidió emigrar de su tierra natal, en el departamento de Copán, hacia Tegucigalpa. Su meta primordial era trabajar para continuar sus estudios a nivel universitario.

Al llegar a la ciudad capital comenzó su búsqueda laboral y no fue nada difícil encontrar un empleo, en ese tiempo no había tanta demanda laborar, solo que a su corta edad no tenía la preparación ni la experiencia necesaria para desempeñar un cargo de alto nivel. Por lo que aceptó un trabajo como conserje en el Patronato Nacional de la Infancia (Pani), donde laboró durante tres años.

“No me avergüenzo de haber trabajado como conserje”, dijo López, asegurando que se siente orgulloso de este trabajo, porque gracias a él logró sobrevivir y avanzar en sus estudios a nivel universitario.

A sus 24 años egresó de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) de la carrera de Química y Farmacia. Profesión con la que alcanzó varios sueños, entre ellos viajar por el mundo. “Estuve en Lisboa como invitado de un laboratorio, luego conocí España, Roma, Suiza, Francia”, dijo.

Durante esas giras también tuve el honor de conocer de cerca el proceso de elaboración de medicamentos como la Penicilina, Tetraciclina y Cloranfenicol, agregó.

Durante su carrera trabajó como visitador médico exitoso, con el paso del tiempo fundó la farmacia Centenario, donde adquirió mayor experiencia. Luego se hizo socio en partes iguales de la droguería San Carlos, y por último trabajó fabricando medicamentos (vitamina, antitusivos y desparasitantes). Completo, Tosfantil, Intelect y Calorato son algunos de los medicamentos en los que trabajó durante su vida profesional.

“Después de la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC), Estados Unidos exigía que nuestros laboratorios estuvieran al mismo nivel de los de ellos, lo que encareció los costos de nuestros productos y con el paso del tiempo los hizo desaparecer”, lamentó.

Amante de los vehículos

Desde joven le apasionaban los vehículos, su primer medio de transporte fue una motocicleta BMW, famosa en su tiempo porque a diferencia de otras motos, esta utilizaba transmisión como la de los autos, en lugar de cadena. Con el paso del tiempo logró adquirir otros vehículos de los cuales conserva tres: dos BMW del año 1969 y un MG convertible que adquirió de segunda mano, con el que logró cumplir un sueño de toda su vida.

“El primer auto lo obtuve de una forma muy bonita”, dijo López. La concesionaria que los vendía estaba ubicada en Camosa, pero resulta que el auto que yo quería estaba reservado para una rifa en beneficio de la Liga Hondureña contra la Tuberculosis. Compré 500 números del sorteo, porque yo quería ese auto en particular, pero aunque no salí favorecido con el sorteo, el vehículo fue mío... el carro costaba hace 40 años L 12,500 lempiras, pero yo se lo compré por 8,000 lempiras a la ganadora del sorteo. Luego tuve otros autos de trabajo: Daihatsun convertible, que hace poco lo vendí, luego compre otro BMW.

Mecánico

Las innumerables visitas al taller y tantos años de tener diferentes vehículos permitieron a don Raúl mejorar sus conocimientos en mecánica automotriz, los que le han servido para mantener en óptimas condiciones estos autos que ahora roban miradas en los diferentes eventos que organiza la Asociación Hondureña de Autos Clásicos y Antiguos (AHACA). Asociación a la que pertenece desde hace 10 años.

Otras pasiones

Al ser de un departamento con un clima frío, don Raúl también es apasionado de las chimeneas, la primera chimenea que hizo data de 1987. La otra lleva su sello personal, ya que durante su elaboración se le ocurrió instalar tubería de cobre donde se concentra el calor de la chimenea, misma que está interconectada a la tubería que conduce el agua de la ducha, con esto mantiene el agua del baño caliente en temporada de frío, sin gastar energía eléctrica.

A este genio de la química farmacéutica también le da por llevar a la realidad algunas invenciones. La más reciente es el calentador de agua solar. Utilizando tubos de cobre y un vidrio con el que concentra el calor de los rayos solares calienta el agua que se utiliza en el baño sin gastar energía eléctrica.

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