No se considera Albert Einstein ni Isaac Newton, pero a la edad de ocho años, Dagoberto Naira Corea descubrió su vocación por la investigación y la invención.
“Cuando iba a la escuela mis padres me daban cinco o diez centavos, dinero que utilizaba para comprar interruptores o cables”, recordó con satisfacción Corea.
“A los once años, utilicé los parlantes de una vieja grabadora, los cuales ubiqué uno en la cocina y otro en el cuarto de mi casa y lo conecté con un cable al sistema de audio de la misma grabadora con lo que lograba comunicarme con mi mamá sin necesidad de moverme del cuarto... mi mamá se reía y me decía que estaba loco, ese fue el primer invento que llevé a acabo durante mi infancia”, aseguró.
“éramos muy pobres, desde pequeño me tocó jalar leña para que mamá pudiera encender el fogón, este trabajo se me complicaba, por lo que un día utilizando un machete logré redondear un pedazo de madera en forma de una rueda para luego fabricar una carreta, este invento no solo me facilitó las tareas, sino que pude cargar más leña de la que podía llevar a cuestas”, dijo.
Un excelente alumno
Con el paso de los años, Dagoberto logró graduarse con honores en el instituto técnico Luis Bográn, colegio donde gracias a sus capacidades intelectuales pudo quedarse trabajando como docente.
En ese tiempo no habían universidades, pero cuando se dio la oportunidad ingresó a la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán, donde logró dos títulos universitarios: Profesor de Educación Media en Técnica Industrial y luego Profesor de Educación Media en Ciencias de la Educación. “Tengo 30 años de laborar como docente en el instituto técnico Luis Bográn y 20 años como docente del instituto técnico Miguel de Cervantes Saavedra”, dijo.
Su propio libro
Naira agregó a su amplio currículo un libro elaborado a base de sus conocimientos llamado “Manual práctico de electricidad”, certificado por el Ministerio de Educación de Honduras, este libro es utilizado por varios colegios técnicos del país e incluso se comercializa en El Salvador y Guatemala.
“Como no tenía suficientes recursos económicos para editar mi libro, me asocié con un amigo y con el apoyo de él, logré cumplir este sueño”.
En el país hay personas con talento, pero la falta de apoyo y recursos económicos les impide sobresalir y cumplir sus metas, agregó.
Cien inventos
Naira, de 58 años de edad, se calificó como una persona inquieta y relató que siempre está pensando en hacer algo nuevo. “Mi mayor sueño es llegar a 100 inventos”, dijo. “A la fecha cuento con 58 entre inventos y proyectos. Al llegar a los cien pienso escribir otro libro, donde se detallen paso a paso el procedimiento, herramientas necesarias, normas de seguridad y materiales a utilizar, con este libro pretendo fomentar la creatividad de los hondureños facilitándoles hacer cosas útiles en su hogar sin invertir mucho dinero”.
Entre las invenciones de Dagoberto Naira sobresale el calentador de agua ecológico garantizado con una duración de 20 años, el inversor de corriente que convierte la energía de la batería del auto de 12 voltios a 110 voltios, un aparato muy útil cuando se va la electricidad.
“Hace 18 años desarrollé una máquina para hacer letras con cortes precisos en durapac, este proyecto fue presentado en Sábado Gigante hace tres años como un gran invento, si yo hubiese ido hace 18 años a este programa fuese famoso, pero lastimosamente en nuestro país no se le da importancia a este tipo de proyectos, esta herramienta ya existe en país pero el trabajo se hace manualmente, yo lo perfeccioné utilizando una mesa con lo que se logra cortes precisos”.
“También inventé una máquina para picar la esponja que ya no se utiliza en la tapicería, esta se encarga de cortar los desperdicios de dicho material para luego utilizarlo en la confección de almohadas. En una ocasión una persona adinerada del país observó mi invención y me compraba la máquina, en realidad solo me había costado 800 lempiras hacerla, pero al venderla yo perdía mi invención, porque él la quería estilizar y llevar a producción industrial, en ese momento decidí no venderla”, recordó.
Treinta años como docente
Asegura que trabajar como maestro es una oportunidad para transmitir conocimientos, “a diario me preparo con nuevos proyectos que luego llevo al aula de clases”.
“‘La educación dignifica al hombre’, es algo que siempre digo a mis alumnos... en 1978 creé un eslogan que dice: ‘El hombre que más estudia trabaja menos y gana más, pero el que menos estudia trabaja más y gana menos’. Con estas frases logro motivar a los jóvenes.
No puedo vivir sin estudiantes, creo que aunque me jubile seguiré impartiendo conocimientos”, aseguró Naira.
Su música llega a todos los rincones de Honduras
Dagoberto Naira también ha destacado por ser un excelente cantante. A los 11 años descubrió su pasión por la música, varios años después logró cantar a nivel profesional gravando tres CD.
En 2002 ingresó como miembro de Voces Universitarias de Honduras, grupo con el que tiene grabados otros volúmenes.
Naira recordó que una de las canciones con las que alcanzó la fama fue “Sergio el bailador”. “En esta canción lo único que hice fue tropicalizar su ritmo, haciéndola un poco más rápida, lo que ha gustado a miles de hondureños que escuchan mi música”, dijo.
“Mi último CD se llama ‘Sentimientos de amor’, este contiene canciones dedicadas a mis hijos, esposa, mis padres, también incluye música navideña y dos canciones a la Virgen de Suyapa”.