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Historias de éxito en familias del sur del país

Familias de la zona sur de Honduras, aseguran su alimentación durante la crisis climática.
22.05.2023

TEGUCIGALPA, HONDURAS-. Recientemente la Secretaría de Estado en los Despachos de Gestión de Riesgos y Contingencias Nacionales (COPECO), declaró alerta verde en 64 municipios del corredor seco del país; se estima que un promedio de 51,188 familias será severamente afectado por la sequía, lo que representa una grave amenaza a la seguridad alimentaria.

Y es que el aumento exponencial de la temperatura a nivel mundial provoca eventos climáticos violentos, entre estas sequías prolongadas, siendo la zona sur una de las más afectadas dentro de la región, según reporte de COPECO, indicando que Choluteca y Valle son los de mayor incidencia.

Pobladores realizan medidas de adaptación aumentando su capacidad de resiliencia del cultivo.

El cambio climático (C.C), es uno de los factores que en las últimas décadas ha ocasionado pérdidas de cultivos y otros productos alimentarios por la falta de disponibilidad de agua y reducción de suelos propios para uso agrícola. Estas condiciones interfieren en la satisfacción del derecho humano a la alimentación y nutrición adecuada.

Para enfrentar los efectos negativos de los fenómenos climatológicos producto del cambio climático los pobladores/as de las comunidades El Zapote, en el municipio de San Juan de Flores, Monte Oscuro y La Pintada en Concepción de María, en Choluteca, a pesar de su condición desigual preexistente en acceso a tecnología y recursos económicos, realizan medidas de adaptación aumentando su capacidad de resiliencia a través de cultivos agroecológicos, huertos familiares, parcelas agrobiodiversificadas y bancos de semillas criollas.

Cajas rurales en apoyo a la seguridad alimentaria

Un ejemplo claro, son las comunidades de El Zapote, La Pintada y Monte Oscuro, se han convertido en experiencias exitosas la organización de cajas rurales, para la generación y reserva de alimentos.

Alrededor de 80 familias organizadas, que desde diferentes enfoques realizan actividades agrícolas y apícolas, según Miguel Villatoro, técnico de la Asociación de Desarrollo Perspírense (ADEPES), las cajas rurales contribuyen a varios componentes de la seguridad alimentaria entre los que se destacan, la disponibilidad, el acceso y la inocuidad (salud) de los alimentos.

Todos los huertos familiares, son libres de fertilizantes y pesticidas, para garantizar su inocuidad.

El desarrollo de huertos familiares en pequeños espacios con cultivos de ciclos cortos como el pepino, ayote, calabacín, tomate, chile dulce, camote entre otros, también el cultivo de árboles frutales resistentes al clima y el rescate de plantas medicinales.

Cabe destacar que la producción se realiza bajo un proceso agroecológico, sin uso de fertilizantes o pesticidas químicos, lo que garantiza la seguridad al consumir.

Bancos de semillas

El objetivo primordial de estas familias es tener una reserva de granos básicos, para lograrlo las cajas rurales crean unidades de almacenamiento llamados también bancos de semillas cuya función, además de almacenar granos en época de cosecha y abastecer a la comunidad en tiempos de siembra o escasez, es la preservación de la semilla local ya que responde positivamente a las condiciones climáticas y ambientales de la zona aumentando su productividad.

Reserva de granos básicos, para hacerle frente a los diferentes fenómenos del cambio climático.

Los bancos de semillas también ayudan a mantener la dinámica del mercado positiva, comprando la cosecha a los productores locales a precios justos, evitando la pérdida por coyotaje.

Material genético resistente a la sequía

Es importante destacar, que estos municipios han promovido la declaratoria municipal del cuidado y resguardo de las semillas criollas, reconociendo la semilla como patrimonio del municipio velando así su conservación y libre uso por parte de las comunidades.

La participación de las mujeres en estos procesos ha sido trascendental ya que representan la mayoría en sus organizaciones y fueron las impulsoras en sus comunidades.

Producción de cultivos orgánicos en macrotúneles, en la comunidad Monte Oscuro.

A la par de las organizaciones comunitarias, están la Asociación de Comités Ecológicos del Sur de Honduras (ACESH) y la Asociación de Desarrollo Perspírense (ADEPES), miembros de la Alianza Hondureña Ante El Cambio Climático (AHCC), brindando asistencia técnico y construcción de infraestructura necesaria para continuar impulsando la producción.

Efectivamente las historias de estas comunidades son historias de éxito, que nos enseñan que, a través de la organización e involucramiento de la población es posible afrontar eventos adversos, así como, evidencia la posibilidad de garantizar el derecho alimentario a través de sistemas de producción agroecológicas; Ante la actual amenaza a la seguridad alimentaria en el corredor seco, este puede ser un modelo a seguir o adoptar, y contemplar a nivel de política estatal.

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